sábado, 3 de septiembre de 2011

¿Cómo viajan los extraterrestres?


Hay caminos demasiado largos
En cierta ocasión miré a un grupo de jóvenes durante una prueba de resistencia, darle seis vueltas corriendo a un cuadro de fútbol profesional.  Durante la última vuelta, uno de los más rezagados atravesó la cancha por la mitad, alcanzando libremente a los que estaban por finalizar.  Posteriormente, lo descalificaron. ¿Por qué? Porque era una prueba de resistencia propiamente hablando, no de tiempo, ni de velocidad, ni de distancia.  Entonces me di cuenta que para llegar más rápido a determinado lugar, muchas veces no importa la velocidad que lleves sino el atajo que tomes. Algo que parece una bobería, ¿No?, sin embargo: ¿Cuáles serían sus implicaciones restantes?.  Los señores taxistas (o cualquier otra persona que se aprecie de ser un conductor eficiente, no así necesariamente veloz) conocen de sobra esta figura: Los atajos.  La velocidad es una cosa, el tiempo otra, la distancia otra y el desplazamiento otra.  Todos trabajan en el mismo entorno,  todos relacionados, pero ninguno con la exclusividad del mejor método de transportación.  Eventualmente, si uno transita por una vía principal compuesta de largas curvas o líneas, percibe pronto un mayor gasto de gasolina, tiempo y paciencia, que de hacerlo por alguna transversal que lo lleve al mismo lugar en mucho menor tiempo, utilizando mucho menos gasolina, y sin necesidad de impacientarse.  Cualquier conductor medianamente experimentado puede dar fe de ello.  Ahora bien, si existen atajos a nivel de nuestra vida terrestre, por qué no habría de haberlos a nivel del Universo.
Recreación de nave espacial según avistamientos
La luz viaja a trescientos mil kilómetros por segundo, ¿Rápido no?...  Sin embargo, la distancia hasta el posible planeta  habitable más cercano a la tierra, es mucho mayor aún.   Hasta el momento, se considera a Gliese 581g, uno de los planetas habitables más cercanos al nuestro.  Pero desplazarnos hasta allá, nos tomaría veinte años luz aproximadamente.  En veinte años pueden ocurrir muchísimas cosas, incluyendo la extinción.  Hablando de extraterrestres que vienen de distancias mucho más largas (Las pléyades, Andrómeda o  Alpha Centauris) ¿Qué otra cosa pudiéramos esperar, a no tener que viajar durante cientos, o miles de año acaso?.  De pronto me vienen a la mente, todas aquellas películas de humanos viajando  a través del espacio, sumidos en un proceso de hibernación, criogenia reversible o hipersueño.  La idea parece factible, aunque nunca me agradó del todo, al ponerme en la posición de los astronautas.  Despertar (si es que el artefacto encargado de hacerlo no fallaba antes) después de tanto tiempo.  Luego tratar de “actualizarme”, con relación a todo lo que ocurrió durante cien años (como mínimo) en mi planeta, y peor aún en el universo.  Para finalmente descubrir que el sitio a dónde me dirigía no existe, o quizás no existió desde mucho antes de planificar el viaje.  He tratado de pensar en la reserva de combustible, la cantidad de alimentos y tipo de alimentación, la tecnología detrás de estas cunas eternas, o mucho peor aún: La reserva humana necesaria para efectuar el viaje.  Hubo una película que inclusive planteó la clonación, para que un humano pudiera viajar tanto tiempo y llegar “vivo” a su destino.  Definitivamente imposible.  Pero ¿Y si dejamos las avenidas principales a un lado, y nos vamos por los atajos… Llevaríamos más chance?. 

Transportación utilizando agujeros de gusano
Los atajos universales no los he planteado yo, existen en base teórica desde la época de Einstein aproximadamente (inclusive antes).  Y de hecho, él mismo estuvo involucrado en dicho tema.  Se llaman: Agujeros de gusano, y pueden utilizarse para viajar a diferentes momentos tiempo-espacio del mismo universo, o en universos diferentes.  Consisten de muchos modelos matemáticos y físicos, fórmulas muy difíciles de entender para el humano corriente, que involucran agujeros negros y agujeros blancos etc.  Modelos que se someten a procesos de simulación, para garantizar su “estabilidad” o tiempo de vida.  Dado que este artículo sólo intenta plasmarlos como factibilidad de transportación, tampoco voy a explicarlos a nivel científico. El esquema más “racionalmente simple” que puedo utilizar para plantearlos, es el siguiente.  Pero aclaro, tampoco es la única forma de transportación, que pudiera utilizarse para viajar por el universo, o por los universos.  De hecho, existen varios tipos de agujeros de gusanos, pero sólo me voy a enfocar en el que nos interesa.  Primero que todo, la analogía del “agujero de gusano” se refiere a que un gusano recorre mucho menor distancia atravesando la manzana, que desplazándose sobre su superficie hasta un punto determinado del lado opuesto.  Suponiendo que cada lado de la manzana pueden ser partes diferentes del mismo universo, o dos universos diferentes, comunicados a través del hueco de gusano.  Y el gusano, ya propiamente hablando, seríamos nosotros o los extraterrestres que nos visitan en un momento determinado.  Considerando el hecho de que siempre se comunican dos puntos espacio-tiempo (del mismo universo o de universos diferentes), es decir, podemos viajar a  tiempos o espacios diferentes del mismo universo, o a tiempos y espacios diferentes  en distintos universos.    Esto se logra, siempre que los agujeros de gusano puedan atravesarse, dado que los hay que no se pueden atravesar, e inclusive los hay que se pueden atravesar en un solo sentido (sin retorno).  El planteamiento utilizado en casi todas las películas de fantasía  propone agujeros que se pueden atravesar en ambos sentidos y se mantienen abiertos (son estables, no se cierran, ni colapsan).  Recordemos a este punto que esta tesis consiste de un grupo de fórmulas matemáticas, que parten de elementos exclusivamente teorizados (no probados).  Al momento, esta teoría no ha salido del papel y la tinta, es decir, aún no se ha podido generar un agujero de gusano.  E inclusive, habría que ver el efecto de la materia traspasando la entrada y salida del agujero, y su comportamiento en tránsito por él.  De hecho, hacerlo podría requerir altos costos de energía, y aún no poseemos esta tecnología.  Apenas hemos empezado a desarrollar aceleradores de partículas.

Avión X15
Ahora bien, no porque estemos un poco crudos en cuanto a tecnología cuántica y la relatividad general hemos de negarnos el gusto especulativo sobre los agujeros de gusano y sus implicaciones. Yo diría que estamos comenzando.  Tal vez, cuando Leonardo Da Vinci inventó el tornillo aéreo, no se imaginó un helicóptero.  O cuando inventó la máquina voladora, no visualizó el avión X-15 propiamente hablando.  Cuando estemos en capacidad de generar un agujero de gusano,  los vehículos de transporte estarán proporcionalmente más avanzados que los de ahora.  En lo personal, me gustaría imaginar al humano visitando a sus hermanos mayores de Alpha Centauris, las Pléyades o Andrómeda.  O, mejor aún, imaginarlo visitando a sus hermanos menores (pueblos mucho menos avanzados).  O peor aún, quien quita, visitándonos en el pasado, o el futuro.  Las posibilidades son infinitas.  Desde luego, imaginar es algo divertido, pero hasta en eso debemos ser responsables.  En consecuencia, se me ocurre la siguiente interrogante: ¿Cuando esas cosas ocurran, habremos resuelto nuestros problemas como especie?  Porque no sería conveniente visitar a otros seres, llevándoles nuestras peores pendencias, interviniendo en su evolución, dañándoles su entorno o algo por el estilo.  Entre tanto, todo lo que nos queda por el momento, es seguir imaginando.

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