miércoles, 21 de septiembre de 2011

¿Cómo validar un avistamiento extraterrestre?


Muchos de nosotros estamos a la espera de un  futuro contacto masivo, en el cual la humanidad conocerá su relación con el mundo extraterrestre.  Muy independiente a lo que se diga, somos varios los que proyectamos este anhelado contacto, hasta  años después del tan esperado fin de mundo (2012).  Sin embargo, tampoco podemos negar que pudiera existir un grupo interesado en publicitar prematuramente dicho contacto, para ganar dinero y alguna forma de poder sobre gran parte de la humanidad (mediante el miedo tal vez).  Esta posibilidad constituye una de las teorías conspirativas más en boga actualmente.  La cual no vamos a aceptar, ni a descartar totalmente.  Nosotros hemos de seguir esperando el contacto extraterrestre masivo, sin ponerle fecha, y siempre a la luz de acontecimientos, o a la luz de lo que dicte nuestro sentido especulativo.  Este artículo ha sido escrito no para desmentir a quien engaña, ni para hacer ver a quien ya ve, sino para que “entienda” quien se engaña (a sí mismo).  No poseemos la verdad única, ni mucho menos queremos tenerla (sería demasiado aburrido).  A continuación expongo, algunos factores que se han de considerar antes de evaluar cualquier posible avistamiento. 

La posibilidad de contacto
Supongamos que en el mundo existen veinticinco millones de personas que han sido contactadas o abducidas por extraterrestres.  Veinticinco millones es un número bastante grande, sobre todo para tratarse de contactados o abducidos.  Estamos hablando de que veinticinco millones hacen la población de un país mediano.  Es decir, con veinticinco millones de contactados pudiéramos formar un país: “La nación OVNI”.  Sin embargo, qué representan veinticinco millones con relación a toda la población mundial (considerando hasta el momento seis mil millones de habitantes), 0.42 por ciento.  Luego, ¿Qué lo hace a uno pensar, que será parte de aquel remoto 0.42% de elegidos?...la fe, o dicho de otra forma, la desesperanza para con el mundo actual tal vez.  He de dejar constancia que habrá quienes crean que veinticinco millones es poco, o demasiado en términos de contactados y abducidos.  En definitiva, siempre es muy saludable no considerarse “un elegido”.  Así evitamos deformar la proporción real del acontecimiento.

La visión
Si usted está considerando que la visión es única y total responsabilidad del ojo, déjeme decirle que la vista es un trabajo compartido principalmente por dos órganos: El ojo y el cerebro.  Es decir, uno no sólo ve lo que realmente es, sino que también vemos lo que queremos ver (y lo que no queremos ver, no lo vemos). ¿Por qué?.  Esto va mucho más allá de simplemente bajar los párpados o dar la espalda, para evitar ver algo.  La visión selectiva, es algo que va mucho más allá de la voluntad del individuo.  Por ejemplo, en situaciones de peligro, la visión humana tiende a enfocar con mayor agudeza cualquier cosa que represente algún tipo de peligro en un margen de proximidad, ignorando parcialmente al resto.  Ahora bien, ¿Está usted completamente consciente de lo básico que implica mirar?.  Los ojos, e inclusive nuestro cerebro, pueden “engañarnos” para bien o para mal.  De hecho, los objetos que captamos con la vista, los vemos previamente invertidos, luego el cerebro los endereza.  ¿Si tenemos dos ojos, por qué no miramos dos objetos en lugar de uno sólo?  Porque el cerebro integra la visión de ambos ojos, generando perspectiva, profundidad en la mirada.   Para certificar la validez de un avistamiento, le recomendamos aceptar que su visión pueda estarlo engañando. Es decir, no confíe solamente en lo que le dicen sus ojos.  Siempre trate de analizar lo que ve.

Las emociones
La emoción es uno de los factores que más obnubilan la razón durante un avistamiento.  Claro está, que la mayoría de las veces corremos a certificar lo primero que consideramos extraño y vuela frente a nuestros ojos.  Obvio, cuando en primera instancia no salimos huyendo, dada la naturaleza del avistamiento.  Como eventualmente ocurre en cada instancia de nuestra vida, las emociones entorpecen el libre ejercicio de la razón, sin embargo no pueden ser eliminadas del individuo, dado que hacerlo pondría en riesgo nuestra supervivencia como especie.  En consecuencia, es preciso reconocer que no deben ni pueden ser eliminadas, pero que en cualquier caso es nuestro deber controlarlas durante cualquier experiencia que consideremos importante, incluyendo los supuestos avistamientos.  Del control de nuestra emoción dependerá la correcta evaluación de los factores expuestos en este artículo.  Y nos ayuda de sobremanera controlar nuestras emociones, ser conscientes de la posibilidad de contacto y la naturaleza del lugar donde observamos (si es un área OVNI, o un sitio cercano a un  aeropuerto, una base del ejército, o sitio de pruebas).

La oscuridad
Al tener el sentido de la vista considerablemente disminuido, el ser humano deja de ver con mayor grado con el ojo, y empieza a ver más con el cerebro.  El cerebro compensa mediante “interpretaciones” lo que debería estar viendo en condiciones naturales.  Adicional a ello quedamos sumidos en un estado de alerta sensorial, por la cual los otros sentidos se disparan tratando de compensar la carencia visual.  En consecuencia, ante la oscuridad, terminamos viendo lo que “queremos” y no lo que es realmente.  Bajo este efecto uno puede imaginar lo que sea, desde fantasmas hasta naves espaciales.  Dicho sea de paso, hay una gran cantidad de avistamientos que se producen durante la noche.  ¿Será acaso que estos extraterrestres superavanzados se transportan a esas horas para ocultarse del humano, o será que nosotros preferimos imaginarlos a oscuras?.

Las cosas
En el cielo existen diferentes “cosas” que pudieran en determinado momento, confundirnos.  El sol, la luna, las nubes, las estrellas, insectos (luminiscentes como las luciérnagas, o no), murciélagos, helicópteros, aviones, antenas (señalados por luminarias fijas o titilantes), nubes y cualquier otro “objeto” que confunda a la distancia versus lo accidentado del relieve.  Es bueno estar conscientes en todo momento de que nuestro supuesto avistamiento, puede ser producto de la visión comprometida de alguno de estos objetos.


La posición
Es muy importante establecer la posición de uno con relación al objeto, o del objeto con relación a uno.  Siempre es preferible ubicarnos en un buen plano de observación, que no implique forzar la vista, ni nuestras intenciones tampoco (recordando que no pocas veces tendemos a “forzar” los avistamientos consciente o inconscientemente).  Su observación ha de ser lo más natural posible, apenas apoyada en simples artefactos de ayuda (como binoculares, etc.).  Establezca marcos de referencia, sobre todo para posicionar objetos a distancia.  Estos puntos de referencia deben ser fijos de preferencia, no movibles, ni movibles a muy baja velocidad.  De lo contrario, tendrá que establecer un punto de referencia móvil, lo cual es más difícil y propenso a errores (posteriormente explicaré cómo).  Debe situar un marco de referencia que los ubique en el mismo plano de observación, a usted y al objeto observado.

La velocidad
Resulta muy recomendable establecer (aunque sea de manera intuitiva) una relación entre la velocidad del objeto observado y la velocidad suya como observador.  Luego, tratar de establecer una proporción más o menos confiable,  entre la velocidad del objeto observado y la suya como observador, versus, la posición  del objeto observado y la posición suya como observador.  Ocurre que la posición de un objeto en un ambiente móvil, tiende a crearnos falsas visiones de lo que realmente está ocurriendo (lo cual se nos complica por el hecho de que el objeto y el observador suelen viajar a velocidades distintas).  Todo esto nos ayuda a situarnos dentro del entorno de observación lo más realmente posible (sin sobreestimar medidas, al fijar el punto de referencia independiente al observador y al objeto observado).   Lo más seguro es que usted no pueda coordinar este tipo de medición al momento del avistamiento.  En consecuencia, si usted está en movimiento y desea establecer la veracidad de un avistamiento,  le recomendamos detenerse a un lado seguro de la carretera, y establecer un punto de referencia inmóvil.  Dicho sea de paso, le recomendamos no tratar de certificar avistamientos mientras maneja. Esto, aunque suene tonto, es altamente peligroso y no debe hacerlo.  He de mencionar que una de las causas más comunes de falsos avistamientos se debe al no establecimiento de un buen punto de referencia.

La Distancia
Uno de los factores principales en cualquier observación es: Definir la distancia que lo separa del objeto observado.  Le reiteramos que trate de establecer marcos de referencia inmóviles, pero si no puede, trate de hacer lo siguiente.  Busque un punto que se desplace más o menos constantemente con relación al objeto observado, o con relación a usted mismo.  Esto le podrá ayudar en el establecimiento de la distancia que le separa del objeto avistado, después de comparar las distancias y velocidades respectivas.

Cambios de dirección o sentido
Un cambio de sentido es, si yo estoy manejando hacia el norte y empiezo a viajar hacia el sur.  De igual forma ocurriría de este a oeste, o viceversa.  Un cambio de dirección es, si  yo estoy manejando hacia el norte y empiezo a viajar hacia el este.  Muchos cambios de dirección en los supuestos OVNIS avistados, impresionan bastante, pero no son más que cambios de dirección o curvas en la ruta del observador en movimiento.  Es decir, no es el objeto que cambia de dirección, sino el observador.  El problema es que, mientras observamos, no somos conscientes de nuestro propio desplazamiento ¿Por qué?.  Porque nos fijamos a nosotros mismos como origen del eje de referencia (como si estuviéramos detenidos, cuando en realidad estamos en movimiento), y tampoco establecemos un buen punto de referencia.  En consecuencia, accidentalmente le damos “libre movilidad” al objeto en nuestro campo visual, y el supuesto OVNI se mueve como le da la gana.  Si nos detuviéramos y esperáramos con paciencia a que pasen las nubes etc., veríamos una perfecta trayectoria recta en ascenso o descenso.  Otra cosa muy distinta es que el supuesto OVNI gire rápida y sinuosamente, estando nosotros como observadores en un punto fijo.  Dado caso, habría que considerarlo con algo más de rigurosidad.

Cambios de altura
Para establecer un cambio de altura confiable del objeto observado, es preciso establecer el punto y el origen del eje de referencia de nuestra observación (antes definido).    Hay que considerar la geografía de la región en donde se da el supuesto avistamiento, si es un valle, si es una llanura o algún tipo de elevación.  También hay que considerar todos los puntos anteriores relacionados a observaciones en movimiento de objetos en movimientos.  Y de igual forma se debe considerar el cambio de altura en función al tiempo transcurrido.  Tenemos que estar conscientes de que los helicópteros realizan una elevación vertical, y luego emprenden marcha horizontal, sin necesidad de que sean considerados OVNIS.  Otra cosa sería el tiempo en que lo hacen y la velocidad relacionada.

Tiempo y tipo de Desplazamiento
Se recomienda, así sea mentalmente, contar los minutos o segundos que dure el avistamiento.  El tiempo es una medida sumamente útil a la hora de certificar la validez de un avistamiento.  Tomando siempre en consideración que los avistamientos pueden ser breves, largos o de duraciones intermedias.  De igual forma, hay que estar consciente del tipo de desplazamiento.  El avión mantiene un tipo de desplazamiento lineal, el helicóptero variado, sin embargo, la velocidad con la que se desplazan puede establecer la diferencia entre una nave humana y una extraterrestre.  Si el movimiento es circular, muy rápido y variante, definitivamente hay que evaluar segundas posibilidades, aparte de los aviones, helicópteros, transbordadores etc.

La naturaleza de la región
Finalmente, habrá que considerar la naturaleza de la región en la que se realizó la observación.  No es lo mismo presenciar un supuesto avistamiento en una barriada próxima a un aeropuerto, o a un centro de pruebas, que hacerlo en un sitio de frecuentes avistamientos OVNIS.  También resulta de utilidad, considerar si es un lugar donde jamás se ha dado un avistamiento, si es área urbana, boscosa, rural etc.



Artefactos de ayuda
No se requiere equipo sofisticado para desengañar a la vista.  Pero, usualmente un buen par de ojos y anteojos no es suficiente, peor aún si nuestra imaginación es demasiado fértil.  Resulta de provecho conseguir un juego de binoculares que no sean de juguete, no muy caros.  Si desea profundizar, evaluando cuerpos celestes y descartar OVNIS residentes, un telescopio (tampoco de juguete) es muy útil.  Ayuda mucho una video filmadora con buen acercamiento y visión nocturna.  Pero tampoco precisamos de ella, para descartar la mayoría de las “cosas raras” que vemos en el cielo.  Esto más bien le funciona a quienes empiezan a profundizar en el campo.


Ahora bien, muchos de estos factores pueden evaluarse posterior al acontecimiento y de una forma mucho más cómoda y científica, si registramos el evento en fotografía o video, e inclusive en nuestra memoria.  El problema es que los verdaderos avistamientos ocurren en gran medida cuando no los esperamos, súbita y rápidamente.  Sin embargo, y aunque parezca increíble, muchos de estos factores son evaluados al instante por el cerebro del testigo durante un avistamiento.  Por más complicado que ahora nos parezca, nosotros evaluamos varias de estas opciones en fracciones de segundo.  Pero no somos conscientes cuando lo hacemos, ni cómo lo hacemos, e inconscientemente la emoción momentánea (generada por el impacto visual del avistamiento) rellena los espacios incompletos de nuestra percepción visual, con “supuestos” que finalmente amplifican y distorsionan la realidad de lo ocurrido, haciéndonos ver OVNIS y extraterrestres donde no los hay, no los hubo y posiblemente tampoco los habrá.  Es un evento muy similar al que ocurre cuando se ven ángeles, espíritus o demonios a la mitad de algún rito.  Lo que definirá qué tan engañados quedemos para con un avistamiento, será proporcional a qué tan conscientemente hemos evaluado la mayoría de los factores descritos en este artículo.  En pocas palabras, para no vivir “espacialmente engañados” es preciso que aprendamos a racionalizar cualquier supuesto avistamiento OVNI.

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