viernes, 4 de noviembre de 2011

Asteroide gigante pasará muy próximo a la tierra

Bueno, ésta es otra alarmante noticia proclamada por la NASA  hace algún tiempo, que está por cuajar. El asteroide 2005 YU55 descubierto el 28 de Diciembre de 2005 por Robert McMillan del programa de observación espacial (Tucson Arizona) está próximo a la tierra.   En Abril 19-21 de 2010 Mike Nolan, Ellen Howell  y colegas, utilizando el radar de Arecibo (Puerto Rico) lo describieron como un objeto esférico muy oscuro, de unos cuatrocientos  metros de diámetro, bastante cercano a la tierra. Este nada pequeño objeto espacial (por algunos comparado al tamaño de un portaviones),  pasará a una distancia equivalente a 0.85 veces la que separa a la Tierra de la Luna.  Dicho en buen castellano, este enorme asteroide pasará más cerca  de la Tierra que la Luna, a las 23:20 GMT el Martes 8 de Noviembre de 2011.  Aún así, los científicos que han venido dándole seguimiento al tema (Don Yeomans, director del Programa de Objetos Cercanos a la Tierra de la NASA) aseguran que no representa peligro alguno para nuestro planeta.  Dado que al asteroide se le ha calculado un periodo de rotación en 20 horas aproximadamente, será buen objeto de observación por radar, en el hemisferio norte y sur de nuestro planeta.  Dicho sea de paso, se ha mencionado que con un telescopio de buen alcance, podrá ser observado.

¿Alarmante?...cada cual que decida.  Para mí, alarmante es la primavera árabe, las protestas de los indignados y los cambios geológicos.  Sin contar la creciente indolencia, e involución intelectual humana; sin embargo…   Dada la “extraña explosión del supuesto meteoro que cayó en Argentina”, “La misteriosa caída del satélite aquel (UARS)”, “La bajada del satélite Alemán (ROSAT)” etc., sin querer llorar sobre la leche derramada, he de recordar mi mención en artículos anteriores, relacionada a que debemos seguir esperando “noticias” provenientes del cielo, ya fueran comunicadas por la NASA o cualquier otra institución afín.  Siempre he mencionado que “ellos” saben algo que nosotros no, y nos están preparando.  Ahora bien, el advenimiento de este asteroide no es tema nuevo, pero no deja de ser afín.  He de recordar todo el sentido apocalíptico del cual se revistió al cometa Elenin, que final e inofensivamente se deshizo en simple polvo. ¿Recuerdan a Harold Camping y su fin de mundo re-afinado, de Mayo a Septiembre?  Todos bajamos la guardia ante los eventos, que anteriormente nos habían provocado algo  de histeria y de pronto… ¡Explota la garrafa de gas en Esteban Echeverría!.



También está el testimonio de los que esperan el advenimiento masivo de naves espaciales gigantes y en masa, desde Marzo de este año… Cualquiera que escucha: “Objeto oscuro, esférico, de casi medio kilómetro de diámetro viajando por el espacio”, podría imaginar una nave espacial.  ¿Pero qué nos dicen los científicos? Primero que todo, que no causará afectación gravitacional, ni magnética en la tierra.  Pienso yo que no tiene suficiente masa como para representar algún tipo de alteración ni para la Tierra, ni para la Luna, ni para la relación Tierra-Luna.  Sin embargo, es una enorme piedra pasando entre ambos…  Digo, algo que no ocurre todos los días (desde 1976 aproximadamente).  Si observan la simulación del evento, básicamente podrían observar un cañonazo que bien pudo impactar a la Luna.  De esto me surgen la siempre eterna pregunta ¿Sobre qué suerte vivimos?  De haber impactado dicho objeto contra la Luna, o la Tierra, ¿Qué nos hubiera ocurrido?.  He de suponer que, dado que el humano terrestre posee un rango de vida tan corto, eso nos da un periodo de observación bastante largo, aún para los fenómenos más veloces de nuestro universo.  En pocas palabras, lo que para el universo pudiera representar un “rápido” fin planetario, en términos cronológicos, para nosotros pudiera resultar toda una eternidad.  Es más, dada dicha desproporción del tiempo, en este preciso momento podríamos estar “viviendo” el final de los tiempos sin siquiera habernos percatado de ello (bueno, la mayoría de nosotros no lo sabríamos, aunque tal vez “ellos” sí lo sabrían, como bien mencioné antes).

Ahora bien, el azar podría cambiar cualquier cosa en cualquier sentido en cualquier momento. Lo cual, aunado a la distorsión tiempo universo versus tiempo humano, pudiera tornar cada momento de nuestra vida, hacia el final o en el inicio  de todo un universo de acontecimientos. Luego,  ¿Qué podemos aprender de todo esto?.  Diría yo que, en primera instancia, jamás dejar de mirar al cielo.  En todo momento evitar el pánico, sin acabar cegándonos a la probabilidad.  Hay que mantener la mente abierta, tanto para lo bueno, como para lo malo.  Confiar y no confiar en la gran cantidad de datos que nos llegan a cada momento, tratando de filtrarlos bajo la óptica del discernimiento más refinado.  Pero sobre todo, aprender a reconocer todo y cualquier momento de nuestra vida, como un espacio o un momento inédito en el universo.  Por tal razón, yo aprovecharé el advenimiento de dicho objeto espacial, para organizar un buen momento de observación con mis seres queridos.  Tal vez no tanto para observar “el nuevo terror espacial del momento”, sino para venerar el más grande milagro de todos los tiempos: La vida.