sábado, 24 de septiembre de 2011

¿Cuánto viven los extraterrestres?

Una de las tantas y supuestas ventajas de los extraterrestres sobre el humano, es el tiempo que viven.  Cito a los famosos reptilianos.  Mientras el humano común llega muy difícilmente a los cien años, estos supuestos extraterrestres pueden vivir varios cientos de años.  Es decir, no sólo nos aventajan en estatura, dado que alcanzan varios metros de altura, en poderes mentales (son telépatas), en tecnología, sino que, como si fuera poco, viven mucho más tiempo que nosotros.  ¿Suena a ficción, liga de la justicia, superhéroes y supervillanos?.  Pero en fin, analicemos, como siempre, lo creíble dentro de lo increíble. 

Para establecer un símil cualquiera entre humano y extraterrestre,  he de contemplar el tiempo de vida de un hombre con el delfín (el animal más inteligente después del humano).  Ahora bien, dada la enorme diferencia evolutiva que plantean los contactados entre humanos y extraterrestres, es muy probable que intelectualmente hablando, nosotros estemos más separados de nuestros hermanos mayores, de lo que están los delfines de nosotros.  Así que, mejor utilizaré como patrón de referencia al humano versus su mejor amigo: El can.  Si usted considera que esto es muy exagerado, por favor interrumpa su lectura (o audición) en este punto.


Asumiendo un máximo de vida humana en 110 años y canina en 16 años, pudiéramos decir que el humano vive 6.88 veces más que el perro.  Ahora bien, supongamos que nuestros hermanos mayores están a un nivel por encima del nuestro.  Aplicando dicha relación a los extraterrestres, pudiéramos decir muy a groso modo que  viven un máximo aproximado de 757 años.  Con un margen oscilatorio de veinte por ciento de error (un margen de error bastante alto, debido a la naturaleza tan abierta del cálculo), pudiéramos establecer que nuestros hermanos mayores viven en un rango aproximado  de seiscientos seis años a novecientos ocho años. ¿Suena exagerado, no?.   

Ahora bien, según el viejo testamento pregunto: ¿Cuántos años vivieron nuestros primeros padres bíblicos?.  Adán murió a los novecientos treinta años, y Matusalén vivió novecientos sesenta y nueve años.  Recordemos que existe una creencia OVNI, según la cual Adán y Eva fueron intervenidos por supuestos “padres” extraterrestres.  Posterior a lo del pecado original de Eva y la serpiente, cuando fueron expulsados del Edén, los “hijos de dios” (primeros humanos intervenidos por extraterrestres) se mezclaron con los “hijos del hombre” (los humanos no intervenidos por los extraterrestres, el resto de la especie). En pocas palabras, los primeros humanos bíblicos, descendientes directos o indirectos de extraterrestres,  vivieron aproximadamente novecientos años. ¿Suena exagerado, no?.

De hecho, el humano no es la especie en el planeta que vive más tiempo.  Curiosamente, el animal que más esperanza de vida tiene sobre la tierra es un REPTIL, más específicamente: La tortuga (casi doscientos años).   ¿Suena exagerado, no?.  Pero, la longevidad no puede ser equiparada al nivel evolutivo de una especie, sino más bien a su condición de vida.  Ahora bien,  he de suponer que una especie “demorada en morir”, tarde o temprano supera las posibilidades del lugar donde habita, ya fuera porque lo daña, ya fuera porque agota sus recursos.  En consecuencia, surge la necesidad de migrar o cambiar de habitad.  Curiosamente, hay quienes dicen que los extraterrestres que nos visitan (nuevamente he de mencionar a los reptilianos), agotaron sus recursos planetarios y tuvieron que migrar.  ¿Suena exagerado, no?.

Son demasiadas “casualidades” las que parecen sustentar la longevidad de nuestros hermanos mayores (llámese Reptilianos, Andromedanos, Pleyadianos etc.).  En cualquier caso, cabe la posibilidad de que los antiguos, dada esta condición, los hubieran confundido con inmortales, con dioses.  Aún en nuestros tiempos, con todo el avance tecnológico-médico a disposición, aceptar que un humano viva casi un milenio es por no decir imposible, milagroso.  Se le consideraría inmortal, o, de igual forma a los antiguos, pensaríamos que se trata de un dios.  Aún así, para el humano común, la probabilidad de vida no sólo sigue siendo baja, sino frecuentemente afectada (con enfermedades o mala alimentación) o mermada (con accidentes y homicidios).  Por el momento, esto es lo que más nos reclama.

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