martes, 27 de diciembre de 2011

Momia extraterrestre

En algún lugar leí que Akenatón (faraón de Egipto) tenía la cabeza deformada, anormalmente grande.  No sé si aquello estaría en lo correcto o sería una mala interpretación de las representaciones pictóricas, pero de cualquier forma me llamó la atención.  Se estima que la cultura egipcia, así como el resto de las mayores culturas antiguas, tuvieron alguna relación o contacto con posibles extraterrestres.  ¿Qué tipo de extraterrestres?  Definitivamente que de varios tipos, pero, curiosamente uno de los más populares hoy en día, y tal vez en aquel entonces eran los grises.  Seres grises que no son de este planeta, de estatura con tendencia baja, grandes cráneos y ojos, con dos orificios por nariz y una pequeña boca.  También los hay un poco más altos.  ¿Será que algunos de los grandes gobernantes de estos antiguos imperios eran, o estaban bastante emparentados con extraterrestres grises o no? No tenemos manera de saberlo, aunque dicho de esta forma parece que estuviera forzando un cuento mágico.  Comenzando porque los antes mencionados “grises” se ha especulado, tienen problemas reproductivos por lo cual realizan tantos experimentos de mestizaje con la raza humana.  Por otro lado se ha comentado que la mayoría de los grises son robots electro-biológicos de los también populares reptilianos.  Si hubieran dominado la hibridación desde los tiempos de los egipcios, para que Akenatón pudiera ser considerado mestizo de ellos con nosotros, no tendrían por qué seguir raptando humanos para realizar experimentos de cruce entre ambas especies (como se ha rumorado en la actualidad)  Dicho sea de paso, del cruce racial humano-extraterrestre y los infiltrados entre poderosos de nuestra especie, se ha hablado abundantemente de los reptilianos también.  Pero está el asunto de la deformidad craneal, que aún no me cuadra.
Hace dos años en Perú, un antropólogo (Renato Ávila Riquelme) descubrió dos momias, una de las cuales fue denominada por los expertos como extraterrestres.  A saber tenía medio metro de alto, un gran cráneo desproporcionado y triangular, ojos enormes.  Entre otros aspectos, presenta la fontanela abierta y atributos óseos propios de la cultura del lugar.  Pareciera que esta descripción se adapta bastante a lo que comúnmente conocemos como “grises”, sin embargo no podemos confirmarlo.  Cuando supe de la historia, hace algún tiempo atrás, a finales de Noviembre de este año, decidí no escribir nada al respecto sin antes leer todo el material posible al respecto, y desechar la argamasa de “falsos” que genera la exclusividad.  Pensé en niños hidrocefálicos y me dije no hacer más arrebato al respecto.  Sin embargo, ya ha pasado algún tiempo y según lo que he podido abarcar, nadie ha podido refutar el hallazgo, o siquiera confirmar que se trate de osamentas humanas.  ¿Por qué lo rebelaron hasta ahora, y no hace dos años cuando las descubrieron?...así trabajan los científicos y es precisamente el tiempo lo que dota de credibilidad este tipo de estudios.  Porque se pueden hacer todos los análisis respectivos, que confirmen o desmientan el evento.
Yo imaginé que era un niño en primera instancia a juzgar por su tamaño, luego porque la fontanela estaba abierta.  La fontanela es el espacio que queda entre huesos del cráneo que se van uniendo a medida que el bebé crece.  El cerrado completo ocurre entre el año y el año y medio.  A juzgar por esto, según el tamaño de los niños por edad (76 cm al año, 82.5 al año y medio) un niño humano con la fontanela bastante cerrada debe medir 79 centímetros.  Es decir, un recién nacido tendría aproximadamente el tamaño de nuestra momia extraterrestre, pero los antropólogos dicen que no se trata de un recién nacido.  Además, el cráneo que presenta no va en proporción al tamaño, ni a la apertura evidente de la fontanela.  En consecuencia no parece un niño, dentro de lo que he podido ver en las fotos. ¿Podrá ser un niño hidrocefálico? En términos comunes, la hidrocefalia es la enfermedad en la que el humano tiene más líquido (céfalo raquídeo) en proporción para con la  masa dentro del cráneo, o algo parecido, aumentando el tamaño del cráneo.  Por eso los médicos miden el tamaño del cráneo de los niños en sus citas de control, para evaluar  que su crecimiento vaya con lo esperado.   La hidrocefalia genera criaturas de cráneo desproporcionado y abultado.  Si el niño es operado puede vivir bastante bien, el asunto es que los antiguos no conocían ese tipo de  operación tan delicada.  Lo más probable es que dicho supuesto “humano”, de haber sido hidrocefálico hubiera muerto antes de desarrollar no así la estatura que manifiesta (50 centímetros de largo lo presenta cualquier recién nacido humano) sino la estructura ósea manifestada que ha llevado a los arqueólogos a concluir que no se trata de un niño, y peor aún, de un niño humano.
De verdad, esto pudiera resultar cualquier fraude de los tantos que pulula el medio OVNI.  Se ha comentado que la deformidad craneana se debe un rito indígena en el que se forran las cabezas de niños nobles, para que se deformen a tal grado, y que existen otras tantas momias similares en diversos museos.  De hecho, podríamos recordar cómo los japoneses les forraban los pies a sus mujeres, para que no les creciera porque en esa época un pie pequeño era sinónimo de belleza.  Mis argumentaciones las sustentan los testimonios de aquellos expertos que dijo haber contactado el antropólogo Dávila. Pero, la vida me ha hecho escéptico, sobre todo ante las explosiones emocionales no sustentadas por criterios científicos o lógicos.  Lo que a la fecha me parece poco convincente  de esta historia, es que este científico no revela los nombres de quienes refrendan estas aseveraciones.  Todo estudio científico debe venir firmado y refrendado por los estudiosos detrás del mismo, aceptando tanto el éxito como también la posibilidad de fracaso o descrédito.


Sin ser antropólogo ni paleontólogo, me he tomado la libertad de comparar estas tres imágenes.  Un supuesto extraterrestre gris, el cráneo de la momia extraterrestre y otro humano.  He establecido siete puntos de análisis visual entre las tres, a saber: El hueso frontal, el hueso parietal, la órbita ocular, las fosas nasales, las mejillas, la boca y el mentón.  Como se puede observar, existe más similitud entre el dibujo del extraterrestre y el supuesto cráneo extraterrestre, que entre el cráneo extraterrestre y la reproducción del cráneo humano.  En consecuencia, o el cráneo extraterrestre fue hábilmente creado a imagen y semejanza de la clásica representación de los tan publicitados grises (para lo cual, habría que tener considerables conocimientos de antropología).  O efectivamente, estamos frente a un cráneo extraterrestre del tipo gris.

lunes, 26 de diciembre de 2011

Siguen cayendo objetos no identificados del cielo

Nuevamente, caemos en el terreno de la especulación sideral, o mejor dicho, de los rumores estelares.  ¿Gracias a qué? A la imprecisión de los organismos aeroespaciales del mundo, que de un momento a otro, después de representar la élite más “sapiente” del planeta, han pasado al extremo más ignorante y tonto.  A tal punto que no pueden predecir (como fue en el caso del satélite UARS) el lugar de  caída de algo de proporciones similares a un autobús, girando “perdido” sobre nuestras cabezas.  Reitero, como he dicho en otros escritos anteriores, o nos están ocultando algo (haciéndose los brutos) o efectivamente, han embrutecido de la noche a la mañana.  Lo he mencionado varias veces, ahora tenemos que estar muy pendientes de lo que nos caiga del cielo, porque, después de la bajada sin control del satélite UARS  y el otro similar alemán, la explosión en Argentina etc... ¿Qué ocurre allá arriba, qué está pasando, qué nos ocultan? 

Un objeto metálico de proporciones considerables ha caído del cielo en Omunsati, Nabibia (África) a finales de Noviembre.  Se escucharon explosiones antes de su hallazgo, pero no existe evidencia al respecto.  Algunos reportes establecen que el objeto esferoide posee un peso de trece libras  y una circunferencia aproximada de un metro.  Otros hablan de treinta y cinco centímetros de diámetro (catorce pulgadas).    De cualquier forma, el objeto parece estar  hecho con tecnología aeroespacial muy avanzada, y actualmente está siendo analizado por autoridades en el tema.  La profundidad del cráter generado, es de treinta centímetros aproximadamente y cuatro metros de diámetro.  Lo cierto es que al momento de redactarse este artículo: 1-)Se desconoce su origen (ninguna agencia se ha hecho responsable del evento) 2-)No es explosiva 3-)No ha sido la única en caer del cielo, en distintas partes del planeta (ha habido otras muchas, en las dos últimas décadas) 4-)Se dice que está hueco por dentro.

Aunque el objeto en sí no representa mayor peligro por el momento, nos deja una gran cantidad de dudas al respecto.  La primera es: ¿Qué están haciendo los organismos que vigilan los cielos del mundo?, el asunto de los “objetos” que caen del cielo se está volviendo peligrosamente común.  En un momento determinado podrían convertirse en un problema mayor que cobre, inclusive, masivamente vidas humanas.  La segunda incógnita es el grado de complicidad tras el evento, es decir, ¿Por qué nadie se hace responsable?  Definitivamente, el humano común no tiene acceso a saber ni lo que ocurre muy arriba de su cabeza, ni muy debajo de sus pies, ni muy a lo lejos suyo.  Estamos francamente limitados al alcance de nuestros sentidos, y tampoco manejamos tecnología que los potencie.  Hay un hálito de irresponsabilidad o complicidad de las agencias espaciales del mundo con todos estos extraños eventos u objetos que vienen “cayendo” a ciegas del cielo.  Por último ¿Por qué tantos?  Si bien es cierto que han sido varias esferas las que han caído del cielo en semejantes condiciones ¿Qué está ocurriendo allá arriba?

¿Acaso siguen explotando artefactos sin decirnos nada? ¿Están construyendo artefactos, plantas o estaciones de gran proporción sin hacernos partícipe del riesgo que esto involucra? ¿Ha cambiado algo en nuestro espacio próximo, que no nos han querido decir, afectando la calma, rendimiento habitual y estructura mecánica de los artefactos que hemos puesto en órbita? Dadas tantas preguntas y tan pocas respuestas al respecto, hemos de darle un poco más de hilo a nuestra imaginación, sin el ánimo de causar revuelo.  Haciendo énfasis responsable de que sólo se trata de nuestra especulación.  Gran cantidad de películas que tratan el tema extraterrestre, refieren el arribo masivo e inesperado de objetos provenientes del espacio exterior.  ¿Será que esos  objetos metálicos esferoides son nodos de alguna red de comunicación, infiltración o ataque próximo a ponerse en línea propiciando un ataque masivo de foco principal hacia el hemisferio sur planetario (donde han habido más casos)?  ¿Será un proyecto científico secreto de los humanos o de los extraterrestres? Algo quizás para controlar o regular la inestabilidad climática o geológica planetaria a favor de la especie humana o de su exterminio…  No tenemos forma de saberlo, pero tampoco podemos pasarlo desapercibido que siguen cayendo cosas del cielo.

viernes, 4 de noviembre de 2011

Asteroide gigante pasará muy próximo a la tierra

Bueno, ésta es otra alarmante noticia proclamada por la NASA  hace algún tiempo, que está por cuajar. El asteroide 2005 YU55 descubierto el 28 de Diciembre de 2005 por Robert McMillan del programa de observación espacial (Tucson Arizona) está próximo a la tierra.   En Abril 19-21 de 2010 Mike Nolan, Ellen Howell  y colegas, utilizando el radar de Arecibo (Puerto Rico) lo describieron como un objeto esférico muy oscuro, de unos cuatrocientos  metros de diámetro, bastante cercano a la tierra. Este nada pequeño objeto espacial (por algunos comparado al tamaño de un portaviones),  pasará a una distancia equivalente a 0.85 veces la que separa a la Tierra de la Luna.  Dicho en buen castellano, este enorme asteroide pasará más cerca  de la Tierra que la Luna, a las 23:20 GMT el Martes 8 de Noviembre de 2011.  Aún así, los científicos que han venido dándole seguimiento al tema (Don Yeomans, director del Programa de Objetos Cercanos a la Tierra de la NASA) aseguran que no representa peligro alguno para nuestro planeta.  Dado que al asteroide se le ha calculado un periodo de rotación en 20 horas aproximadamente, será buen objeto de observación por radar, en el hemisferio norte y sur de nuestro planeta.  Dicho sea de paso, se ha mencionado que con un telescopio de buen alcance, podrá ser observado.

¿Alarmante?...cada cual que decida.  Para mí, alarmante es la primavera árabe, las protestas de los indignados y los cambios geológicos.  Sin contar la creciente indolencia, e involución intelectual humana; sin embargo…   Dada la “extraña explosión del supuesto meteoro que cayó en Argentina”, “La misteriosa caída del satélite aquel (UARS)”, “La bajada del satélite Alemán (ROSAT)” etc., sin querer llorar sobre la leche derramada, he de recordar mi mención en artículos anteriores, relacionada a que debemos seguir esperando “noticias” provenientes del cielo, ya fueran comunicadas por la NASA o cualquier otra institución afín.  Siempre he mencionado que “ellos” saben algo que nosotros no, y nos están preparando.  Ahora bien, el advenimiento de este asteroide no es tema nuevo, pero no deja de ser afín.  He de recordar todo el sentido apocalíptico del cual se revistió al cometa Elenin, que final e inofensivamente se deshizo en simple polvo. ¿Recuerdan a Harold Camping y su fin de mundo re-afinado, de Mayo a Septiembre?  Todos bajamos la guardia ante los eventos, que anteriormente nos habían provocado algo  de histeria y de pronto… ¡Explota la garrafa de gas en Esteban Echeverría!.



También está el testimonio de los que esperan el advenimiento masivo de naves espaciales gigantes y en masa, desde Marzo de este año… Cualquiera que escucha: “Objeto oscuro, esférico, de casi medio kilómetro de diámetro viajando por el espacio”, podría imaginar una nave espacial.  ¿Pero qué nos dicen los científicos? Primero que todo, que no causará afectación gravitacional, ni magnética en la tierra.  Pienso yo que no tiene suficiente masa como para representar algún tipo de alteración ni para la Tierra, ni para la Luna, ni para la relación Tierra-Luna.  Sin embargo, es una enorme piedra pasando entre ambos…  Digo, algo que no ocurre todos los días (desde 1976 aproximadamente).  Si observan la simulación del evento, básicamente podrían observar un cañonazo que bien pudo impactar a la Luna.  De esto me surgen la siempre eterna pregunta ¿Sobre qué suerte vivimos?  De haber impactado dicho objeto contra la Luna, o la Tierra, ¿Qué nos hubiera ocurrido?.  He de suponer que, dado que el humano terrestre posee un rango de vida tan corto, eso nos da un periodo de observación bastante largo, aún para los fenómenos más veloces de nuestro universo.  En pocas palabras, lo que para el universo pudiera representar un “rápido” fin planetario, en términos cronológicos, para nosotros pudiera resultar toda una eternidad.  Es más, dada dicha desproporción del tiempo, en este preciso momento podríamos estar “viviendo” el final de los tiempos sin siquiera habernos percatado de ello (bueno, la mayoría de nosotros no lo sabríamos, aunque tal vez “ellos” sí lo sabrían, como bien mencioné antes).

Ahora bien, el azar podría cambiar cualquier cosa en cualquier sentido en cualquier momento. Lo cual, aunado a la distorsión tiempo universo versus tiempo humano, pudiera tornar cada momento de nuestra vida, hacia el final o en el inicio  de todo un universo de acontecimientos. Luego,  ¿Qué podemos aprender de todo esto?.  Diría yo que, en primera instancia, jamás dejar de mirar al cielo.  En todo momento evitar el pánico, sin acabar cegándonos a la probabilidad.  Hay que mantener la mente abierta, tanto para lo bueno, como para lo malo.  Confiar y no confiar en la gran cantidad de datos que nos llegan a cada momento, tratando de filtrarlos bajo la óptica del discernimiento más refinado.  Pero sobre todo, aprender a reconocer todo y cualquier momento de nuestra vida, como un espacio o un momento inédito en el universo.  Por tal razón, yo aprovecharé el advenimiento de dicho objeto espacial, para organizar un buen momento de observación con mis seres queridos.  Tal vez no tanto para observar “el nuevo terror espacial del momento”, sino para venerar el más grande milagro de todos los tiempos: La vida.

jueves, 13 de octubre de 2011

Los humanos y las quimeras extraterrestres marinas


Honestamente, no me creo del todo, aquello de que los marinos de la época antigua, no se atrevieran a navegar hasta el borde del mundo, aceptando la probabilidad de “caerse al vacío”.  Digo borde del mundo porque debemos recordar, que en aquella época se pensaba que la tierra era plana, por el efecto óptico de la línea de horizonte.  Digo, siempre hay aventureros, gente que le gusta subir a la azotea del edificio y asomarse al “borde” para ver qué hay debajo.  Personas que, definitivamente no sufren de vértigo, ni le temen a las alturas como yo a las pesadillas.  Hoy existen, no son pocos,  y lo más probable es que existieran también  en la antigüedad.


 Estamos hablando de gente que no eran precisamente salvajes.  Construyeron Pirámides, megalitos, sistemas de riego sofisticado, tuberías y estudiaron el cielo a detalle, con conocimientos de matemática profunda, lógica y filosofía.  No me parece razonable el hecho de que  no hubieran intentado acercarse “al fin del mundo” sólo por temor.  Es más, dada la curiosidad que siempre ha metido en tan densos problemas existenciales al ser humano, es bastante probable que varios (por no decir muchos) hubieran ido más allá de sus limitantes tecnológicas,  regresando satisfactoriamente.  De hecho, existen leyendas sobre las cartas navales que utilizó Cristóbal Colón en el descubrimiento de América, cuyo origen se presume fenicio.  También se han manejado hipótesis de que los Vikingos, llegaron antes a América.

Pero, ¿Qué pudo haber detrás de todas estas historias de serpientes marinas gigantescas, dragones escupe fuego, etc.?.  Digo, también cabe la posibilidad de que hubieran topado algunas especies de criaturas prehistóricas, sobrevivientes hasta entonces.  Tal y como se presume actualmente con relación al famoso monstruo del Lago Ness (Escocia), o en el peor ejemplo, al mismísimo pie grande, abominable hombre de las nieves, o como se le quiera llamar. Un dinosaurio a destiempo, tal vez…  No sé si eso sería más fácil de creer, que aceptar la teoría OVNI más propiamente hablando.  Existen testimonios de pilotos de aeronaves modernas, que han manifestado la presencia OVNI como “indescriptible e inimaginable”.  Ya fuere por sus magnitudes, la luminiscencia que emanan, la velocidad, los tipos de movimientos y demás atributos “sobrenaturales”.  Ahora bien, qué especie de racionalización podría inocular a nuestros antiguos, para no homologar a una enorme nave extraterrestre en franco ascenso o descenso, con una enorme criatura marina bota fuego.
Si en la actualidad estos OVNIS se cuidan mucho de ser vistos por el humano, ¿Por qué antes no? (Considerando la gran cantidad de posibles avistamientos, que fortalecerían cuantitativamente la generación de tales leyendas en diferentes partes del mundo). ¿Acaso (fuera de los propios requerimientos de movilización) existiría algún interés de asustarnos de semejante forma?...  Existe una antiquísima leyenda extraterrestre, que relaciona la parte de la historia humana con la confección de la torre de babel, y cómo supuestos extraterrestres conspiraron para distanciar a los humanos entre sí.  Dado que de una u otra forma, unidos podríamos, si bien no representar una amenaza para ellos, tal vez sí un problema salido de proporciones.  Luego, considerando los posibles intentos de exterminio humano, imagino que en algún momento desistieron, o les prohibieron seguirlo intentando.  En consecuencia, decidieron mantenernos divididos, separados, peleados y desconocidos.
 
Para entender la factibilidad de esta suposición, es necesario  pensar un poco más y recordar quién era el humano nativo de la Tierra (según la fenomenología extraterrestre).  El humano originario de la Tierra era un ser de naturaleza pacífico, telépata y sumamente espiritual.  Luego llegaron estos extraterrestres, y por darnos facultades de segunda mano (mezclándose genéticamente con nosotros) nos quitaron/durmieron estos atributos naturales, que nos hacían seres superiores de nacimiento.  Curiosamente, en algo muy similar al canje que hicieron los españoles de la conquista con los indios, ofreciéndoles espejos por oro, nosotros perdimos el oro de nuestra especie a manos de estos supuestos extraterrestres.  Es decir, que en cierta forma, quizás no tan remota, el ser humano unido habría de resultarles menos manipulable inclusive. 
De allí tal vez tanto interés por mantenernos separados, asustándonos con sus enormes naves espaciales.   La realidad reinante a la fecha es:  Disgregación, disociación, separación, guerra, muerte entre hermanos de la misma especie.  Tal vez, si hubiéramos seguido unidos y no intervenidos, viviríamos aún en el "paraíso", y estaríamos mucho más avanzados de manera natural, es decir, no tecnológica, de forma espiritual, no racional (como ellos).  Pero nos cuartearon, estancándonos junto a ellos.  Ahora no precisan de sustos para distanciarnos, porque las distancias las generamos y mantenemos  nosotros mismos, con rencores, aversiones y exterminios bajo cualquier pretexto (ideológico, racial, religioso o existencial).

Yo no sé qué piensen ustedes, pero yo creo que nada peor puede ocurrirle al humano.  Al humano que va más allá de sus restricciones ancestrales, dogmas, mitos y terrores infantiles.  Ya los monstruos no viven entre un mar y el otro, sino entre las ideas y los hechos.  Gracias a Dios, siempre existiremos los aventureros, soñadores hoy, mañana descubridores, y luego colonizadores de una nueva vida, de una mejor especie.  En forma y esencia: Humanos.

martes, 4 de octubre de 2011

Cosas raras sobre el supuesto meteorito que impactó Argentina

Este artículo está basado en información leída de varios sitios Web,  sobre el trágico evento suscitado en la localidad de Esteban Echeverría, Buenos Aires Argentina.  Lo he escrito sin ánimo de lucro o relevancia, y siempre condolido para con todo el luto por dicho evento. Tristemente, la desgracia ha querido que el suceso trascienda a conocimiento público-mundial, incluyendo junto a sí toda la fanfarria que eso genera.  Sin embargo, pese a las explicaciones y leyendas surgidas,  nos quedan dudas, cuestionamientos que a continuación expongo con respeto y sin querer ofender a nadie.  Gracias.
Uno de los testimonios que se barajaron, refería una enorme bola azul (o roja) en el cielo.  A simple vista, cualquiera diría que se trataba de algo fantástico, sin embargo, hemos de recordar que la llama de  la estufa es azul. Que estuviera en el cielo…supongamos que el gas corrió de las casas hacia arriba, expandiéndose.  Luego tocó una chispa en algún poste eléctrico o telefónico, y explotó generando la enorme bola azul.  Dicho sea de paso, actualmente todo apunta a una fuga de gas. Sin embargo, esto no explica el testimonio de “la enorme bola en movimiento”.  Por otro lado, ¿Dónde quedó el fuego?  Considerando que se trató de una enorme bola azul en el cielo, digamos que la explosión generó la onda expansiva que destruyó todo, pero: ¿Dónde quedó el gran incendio que debió suscitarse?.

También se dijo que la explosión se debió a  la manipulación de ciertos tanques de gas, con relación a determinado horno de pizza.  Pero las fotos del accidente muestran un detalle muy claro relacionado a esto.  Tanques de gas bastante enteros, como para haber originado, o continuado una explosión de semejante magnitud y naturaleza. A no ser que los tanques fotografiados, tampoco correspondan a la casa donde se originó el evento (lo cual es factible).  Luego me surge la pregunta: ¿Tendrían aquellos tanques de gas, la capacidad de destruir completamente dos casas medianas y tres automóviles (levantándolos en el aire, como si fueran plumas de gallina) ?, afectando de igual forma varias cuadras alrededor.  Por otro lado: ¿Quién va a estar manipulando tanques de gas, a esa hora de la madrugada (las dos de la madrugada)?.  Lo curioso es que, quien los haya estado manipulando, hubiera muerto en el intento, aumentando de facto la cantidad de fallecidos.  Sin embargo, es factible.

El meteorito constituye la tesis más popular manejada.  Algo que, dado los testimonios parece totalmente creíble.  Aún así, recordemos que hace poco se desmintió la caída de un supuesto meteorito en Cuzco, Perú. Hubo mucha efervescencia, fue televisado ¿Y luego?...nada.  ¿Pero por qué no podría ser?, la tierra y la luna  se ven frecuentemente impactadas por meteoritos no apocalípticos.  Los más grandes han sido oportunamente alejados por nuestro gran hermano mayor, Júpiter.  Ahora bien, nadie quita que algún pequeño, haya podido escaparse del azar existencial que  mantiene vivos e ilesos a los humanos.  Realizándonos una brevísima demostración del infinito poder natural extraterrestre.  Sin embargo, la fuerza de choque y su correspondiente onda expansiva, debió haber dibujado un buen cráter.  No así, una gran montaña de escombros.  ¿Entonces, dónde está el cráter?. 

Curiosamente, el suceso ocurre algunas horas después de que se adelantara (por el mal clima solar) la caída NO CONTROLADA de un satélite (el  polémico UARS), supuesto a precipitarse varios días después.  ¿Acaso sonaría "la caída de un satélite", más verosímil  o menos irresponsable que la de "un meteorito" inesperado y rebelde?...  Pese a que el organismo responsable, ha negado toda relación entre dicho evento y la explosión bonaerense, me parece mucha casualidad la proximidad cronológica.  Cuál sería la posibilidad de que ocurra una explosión "accidental", en el momento justo en que cae un satélite en la otra esquina de la cuadra. ¿Dónde quedaron los restos? ¿Por qué, asumiendo que la pieza bajó incendiada, no se produjo un incendio general? ¿Dónde quedó el cráter que debió generar el impacto?.


La diferencia de carga entre las nubes y la tierra, genera la descarga eléctrica que todos conocemos como “rayo”.  Dicho fenómeno, suele estar compuesto por dos componentes básicos: Un estruendo que denominado trueno, y un destello lumínico que llamamos relámpago. La fuerza del rayo es brutal, destruye y quema poderosamente lo que se le interponga en el camino.  Genera incendio, sólo si en el evento llegara a encontrar algún material combustible.  Las casas se construyen con una punta de metal conductor, para bajar el rayo a tierra sin causar mayores daños. A juzgar por los testimonios de los testigos (una bola de color rojo, un silbido y seguido la explosión) lo que impactó en Esteban Echeverría no fue un rayo, ni cualquier otra forma de descarga eléctrica. Aunque los estragos fueron tan brutales, que si bien podrían ser confundidos, existe una evidencia que lo rechaza categóricamente.  Cualquier descarga eléctrica de semejantes proporciones, hubiera causado un daño considerable  sobre el alambrado del lugar.  Sin embargo, sólo se han reportado afectaciones medias, que sugieren algún tipo de “impacto” más que una “descarga”.
Lo de Esteban Echeverría, tuvo todo el aspecto de una explosión controlada y en el aire.  No hubo cráter, ni fuego,  porque el objeto jamás tocó tierra.  Tampoco fue algo incendiario, aunque sí muy caliente (tan caliente que chamuscó al contacto, en lugar de incendiar).  Tal vez estemos hablando de altas concentraciones de energía, evidenciada en el gran espectro lumínico, y una subsiguiente explosión eléctrica-calórica (como quien cauteriza).  La onda expansiva destruyó las casas, levantó los autos, pulverizó los hornos de pizza y destruyó parcialmente los tubos de gas, quemando todo a su paso (sin incendiar).  Pero lo que haya sido, se destruyó en el aire (por eso hablo de explosión controlada) y generó semejante montaña de escombros, sin causar muchas víctimas (cosa que no caracteriza a las explosiones por gas, ni demás incendiarias, de semejante alcance).

Lo del satélite fue meramente coyuntural, y es posible que se haya utilizado de tapadera para algo que no nos han querido decir, aunque, de cualquier forma nos enteraremos.  Sin sonar sensacionalista, ni amarillista, recordando que este es un sitio de libre opinión y meramente especulativo, a mí me parece que de buenas a primeras nos van a volver a sorprender con “otra caída de satélite ”, “un viaje seudoprogramado al espacio”, o algún fenómeno “natural” venido del cielo.  La pregunta del millón es: ¿Será verdad, o no?.  Recordemos que así como nos traen de un lado a otro con “el consumismo y el capitalismo salvaje”, nos llevan  como veletas halados del miedo.  Entre tanto “reality show” político-mundial, nos traen dormidos por una parte (con guerras, pestes y circo), mientras que por otra se niegan a explicar claramente lo que le está pasando al planeta.  Apenas los mismos comentarios del calentamiento global, el efecto de invernadero y el agujero en la capa de ozono.  Pareciera que nos estuvieran entreteniendo, mientras algo más ocurre, o estuviera por ocurrir.  O tal vez sólo nos estén advirtiendo de algo, de lo que en el fondo no quieren advertirnos.  Como si hubiera una mentira de mayor peso, cubriendo a una posibilidad fatalista de alto riesgo.  Tampoco quiero parecer paranoide, pero, los cambios en la tierra están ocurriendo relativamente rápido, y no se circunscriben ni se limitan a una cuestión climatológica exclusivamente.

Ahora bien, ¿Dónde quedaron los restos de ese “algo” que pudo haber impactado a la comunidad de Esteban Echeverría?.  Digo, a juzgar por el alcance de la explosión, es muy poco probable que haya quedado algo.  Y de haber quedado, siquiera polvo ¿Estaríamos en la capacidad de reconocerlo?. Y de haber podido reconocerlo, ¿Estarían los investigadores en la capacidad de publicarlo?.  Tal vez   sea mejor "aceptar" la fuga de gas, hasta que alguien se atreva a confrontarla (dentro de algún tiempo), asumiendo para sí  el efecto de la desacreditación y difamación.  Por el momento hemos de verlo como un evento aislado, dado que la cordura nos impide formalmente considerarlo continuidad de algo menor, o  inicio de algo mayor.  De cualquier forma, TODO apunta a que NO estamos preparados ni para el azar del destino, ni para alevosía de cualquier supuesto.

jueves, 29 de septiembre de 2011

¿Reflexiones del “meteorito” que cayó en Argentina, y el fin del mundo?


Esto de “lo que cayó”, o explotó en Argentina, me ha puesto a pensar mucho en la capacidad de respuesta o la probabilidad de supervivencia humana, ante el inminente fin del mundo dado el advenimiento de un cuerpo celeste de proporciones considerables.  Pregunto, ¿Acaso sería un enorme privilegio o una terrible maldición, que nuestra alma haya sido seleccionada entre las tantas posibles encarnaciones humanas, para atestiguar la destrucción de nuestra especie o del planeta?. ¡Eso sería terrible!.  Si bien pudiéramos decir que las catástrofes climatológicas que hemos estado presenciando  en el planeta, corresponden a un “tirón de orejas” de nuestra madre tierra.  Pues, un enorme cuerpo celeste impactándola, sería mucho peor  a un terrible correctivo paterno. ¿Luego, qué sentiría la tierra?.
Esta respuesta tiene un alcance infinito.  Sin embargo,  contemplando al planeta como un ser vivo, tal vez podamos encarnar muy remotamente lo que sentiría la tierra.  ¿Una pedrada en el cráneo, una puñalada, o un atropello?.  Su centro neurológico (o similar) entraría en tal estado de shock, que en el evento nos extinguiría.  El grado de la lesión planetaria, comprometería irremediablemente nuestra subsistencia.  Es decir, la súbita ruptura de la contextura tectónica (similar a la apertura de nuestra carne o al quiebre óseo), la posible afectación posicional del eje terrestre (igual a una sacudida corpórea), el impacto atmosférico (similar a comprometer nuestra capacidad respiratoria, por un hemotórax), la pérdida de líquido oceánico (hemorragia masiva tal vez), el desequilibrio climatológico mundial (homologando el cambio de temperatura por el sangrado).
Si el objeto cayera de noche, esa mitad de la tierra moriría casi instantáneamente.  ¿Pero qué le ocurriría a la otra mitad?.  Si me tocara “la suerte” de estar al otro lado del planeta, lo más probable es que el evento me sorprenda metido en una oficina, bastante distanciado de todos mis seres queridos.  Sería una triste paradoja de vida tener que morir rodeado de personas en su mayoría “extrañas” a mis intereses personales (recordando con tristeza, la caída de las torres).  Lo primero que fallaría, definitivamente serían las comunicaciones.  Es decir, una mitad del globo terrestre quedaría incomunicada de la otra mitad.  Desde luego, ya fuera por el daño atmosférico, como por alguna posible sacudida del eje terrestre (si previo al evento, no morimos de facto) el posicionamiento satelital fallaría, y eventualmente  la infraestructura del cableado planetario también.  Sin embargo, por algún hilo de comunicación, habría de filtrarse la terrible noticia del mundo colapsado.
Lo cual ocurriría simultáneamente al advenimiento de un cielo enrarecido.  La temperatura cambiaría mucho en muy poco tiempo.  Probablemente se activaría  toda la cadena volcánica planetaria, con terribles y fuertes terremotos.  El mar se levantaría, y los que estamos próximos a la costa, pues, lo veríamos transformarse de pacífico a monstruoso.   Dada la magnitud del daño, puede que estas cosas no ocurran todas juntas, ni tan rápidamente.  Al contrario de lo que se ve en las películas (que dicho sea de paso, no está muy lejos de lo que pudiera ser) yo creo que tendríamos algún tiempo para “aterrorizarnos” en breve, antes de cedernos finalmente a la desgracia.  El fallo global de la comunicación, y la incipiente aparición gradualmente fortalecida del rumor apocalíptico, generaría una expectativa de pánico terrible.  Finalmente, cuando la cadena de acontecimientos empiece a llegar a las ciudades (terremotos, tsunamis, erupciones etc.) y empecemos a percibir la magnitud del daño, el caos ya se habrá instaurado.    
Tendríamos sitios demasiado calientes (o fríos), temblores sumamente violentos, suelos partiéndose, y un mar canibalizado, gigante e inestable.  Pienso mucho en el hundimiento de regiones planetarias completas, probablemente irrigadas por un sol hasta entonces desconocido por nosotros, un sol quizás radioactivo (por el daño atmosférico, o la explosión).  Respiraríamos el aire denso, caliente y tóxico, por las emanaciones terrestres mal habidas. La supervivencia sería cosa de un azar microscópico, deshecho antes de una semana.  Es probable que todo lo que alguna vez consideramos  “naturaleza”, se vuelva nuestro más ferviente deseo de muerte.  Y veremos con mucho sufrimiento, como la misma tierra nos extermina en el intento de su propia supervivencia.  Entonces reconoceremos por fin, en triste pasado, que el hombre no fue tan grande como creyó durante toda su existencia.  Aceptaremos nuestra extinción serenos, o desesperados, en todo caso victimizados por los acontecimientos. Sin tiempo para despedirnos de nuestros seres queridos, o peor aún, sin tiempo para despedirnos de nuestra propia estupidez.
Yo no sé qué fue  lo que cayó en Argentina, si es que cayó algo...  Algunos dirán que es darle demasiado color a una simple fuga de gas, o a un simple cortocircuito eléctrico.  Pero el suceso me ha dejado muy mala espina al respecto.  Sobre todo, si se analiza el evento no como un hecho aislado, sino en integración a otras cosas “raras” que han venido ocurriéndole al planeta.  Ahora hay internet, teléfonos celulares inteligentes y demás formas de comunicación casi instantánea, que tal vez nos estén ayudando a concebirnos en unión, como especie, como huésped de este planeta.  Quizás todos estos fenómenos existían de antes, de toda la vida tal vez,  y sólo ahora hemos empezado a percibirlos en conjunto.  Todo bajo el terror apocalíptico, que infunda el hecho de sabernos universalmente débiles, en comparación al planeta y cualquier otra eventualidad que pueda venirnos de allá afuera.  Aún así, me queda la fuerte impresión de que ya está siendo tiempo de apreciar más lo que nos rodea (fuera de lo electrónico, el techo y las cuatro paredes).  Aceptar con madurez lo malo, lo feo, y lo difícil del ser humano y nuestro planeta.  Sin perder la capacidad de amarnos y perdonarnos a nosotros mismos, muy independiente al tiempo que nos quede como especie.


lunes, 26 de septiembre de 2011

¿Satélite o...Nos atacan los extraterrestres?


Hace poco nos comunicó la NASA que el satélite UARS (Upper Atmosphere Satellite) iba a precipitarse a tierra, después de aproximadamente veinte   años de funcionamiento (lanzado en 1991).  Esta caída estaba prevista para finales de este mes, pero se adelantó debido al clima solar.  Nos dijeron que las probabilidades de daño eran muy bajas, pero que del lugar exacto no tenían conocimiento.  De hecho, se dijo que la precipitación podría darse en Norteamérica (Méjico) o en Suramérica (Chile o Argentina).   Más luego, formalizarían versiones hacia el hemisferio NORTE.  De esto me llama MUCHO la atención la imprecisión.  Digo, no soy astrofísico, ni nada por el estilo, pero, me causa inquietud la imprecisión, del organismo hasta el momento más confiable de la aeronáutica especial mundial.   Una gente demasiado seria y confiable, que puso al hombre a caminar sobre la luna y lo regresó con exactitud a la tierra, nos dice ahora que algo del tamaño de un autobús, con siete toneladas de peso aproximadamente (que ellos mismos pusieron en órbita) nos caerá del cielo, y no saben dónde.


El satélite cayó el Domingo pasado (25 de Septiembre de 2011) sobre el pacífico.  No se precisa el lugar exacto, pero menciona la NASA que algunos de los restos pudieron haber caído en Washington (la capital estadounidense) y hacia la costa.  Me llama la atención que se presuma lugar de impacto de escombros, próximo a la capital de la potencia más grande del mundo, y no puedan darnos más información detallada al respecto. Y ellos, no puedan precisar a ciencia cierta, la trascendencia o el posible lugar de impacto.  Hay demasiada falta de información.  Pero aún me llama mucho más la atención. Hace algunos años, la estación espacial MIIR (2001) la estación espacial (ojo, estamos hablando de una estación espacial) fue destruida y precipitada a tierra de una forma muy controlada, también sobre el océano pacífico.  Pero diez años después (con muchísima más tecnología a nuestro haber) la NASA no puede decirnos exactamente donde cayó uno de sus satélites. Y pone al mundo (más específicamente a América entera) en cierta expectativa. Interesante…

Hoy, 26 de Septiembre de 2011 despertamos con la noticia de una “bola de fuego” que se precipitó del cielo Argentino (ciudad Esteban Echevería, Buenos Aires).  Una persona murió, se dañaron varias casas alrededor y dos quedaron completamente destruidas.  Los testigos informan que había “fuego viniendo del cielo”, posterior a una sacudida fuerte, que estremeció y levantó todo alrededor.  El sentido común me hace asociarlo al citado satélite, ¿Por qué no?.  Pero hay demasiados cabos sueltos.  En primera instancia, el tiempo que separa a esta explosión de la caída del satélite.  Luego, digo, qué escombros pueden sacudir y levantar a un pueblo entero con semejante fuerza.  Las imágenes transmitidas por televisión, plantean básicamente una zona de guerra.  Por último, todo se precisó hacia el hemisferio norte, sin embargo este posible impacto de escombros ocurre en el hemisferio sur planetario.  Se presume la caída de un supuesto micro-meteoro, que originaría esto.  ¿Recuerdan todo el revuelo que ocasionó el cometa Elenin?.  Hace diez días se nos dijo que se había convertido en una suerte de polvo estelar, y que no representaba mayor riesgo para la Tierra.


Yo no sé ustedes pero, sin ánimo de crear sensacionalismo, esto me huele a gato encerrado.  Me pregunto si el reverendo Harold Camping devolverá el dinero a sus fieles, abandonando finalmente sus predicciones de fin de mundo.  Recordemos que Harold, reajustó su fin de mundo de Mayo a Septiembre de este año, utilizando al cometa Elenin de pantalla.  ¿Por qué los americanos no pueden referir con seguridad el área de caída del satélite? ¿Qué fue lo que cayó en Argentina, verdaderamente? ¿Qué tanto tendrá esto que ver con Elenin?.  Si fue un problema de cálculo de la NASA, pues, es tremenda irresponsabilidad de su parte, poner al mundo en ascuas por sus cosas.  Si fue un meteoro o cualquier otro advenimiento celeste lo que cayó en Argentina, pues, igualmente, la NASA o alguien más pudo haberse manifestado.  Si no fue un cuerpo celeste, ni el satélite, entonces… ¿Qué cayó en Argentina?.  ¿Quedará este asunto del satélite perdido como lo de Bin Ladem, tendremos que conformarnos con fotos y versiones, o relatos cinematográficos?. 

¿Alguien podrá tomar responsabilidad del evento, o quedaremos a expensas para una cosa peor en el futuro?.  Si hay basura tecnológica flotando en el espacio, pues, lo más sensato es que caiga en la cabeza de quienes la pusieron allí ¿O no?.  Es el colmo que los países bajos, también tengamos que pagar por ello.  Ahora bien, no sé por qué no dejo de pensar en todas aquellas personas, entre los que se encuentran científicos serios, que dicen que nuestro planeta podría ser afectado muy prontamente, por uestes extraterrestres hostiles.  Digo, ante la falta de información precisa, sólo nos queda especular, de la manera más seria posible.  Sobre todo porque me da la impresión de que no nos han contado toda la historia al respecto.    ¿Qué ocurrió realmente allá arriba? ¿Por qué? ¿Con quienes?.  Si me preguntan a mí, yo no sé, pero esto tiene aspecto a otra cosa.  Si es asunto de extraterrestres, pronto lo sabremos.  Por el momento,  el sentido común me advierte que estemos preparados...





domingo, 25 de septiembre de 2011

¿Luces u OVNIS ?

Muchas veces sentimos la necesidad de creer en algo más, en cualquier cosa menos en uno mismo o en Dios.  Los extraterrestres tienen nada que ver con la desesperanza humana y lo peor que podemos hacer es fantasearlos, dado que todo  el mundo nos haya podido decepcionar previamente.  Como ya lo he dicho en otros artículos, las luces durante la noche, en el patio de nuestras casas o en la carretera, generalmente son insectos, antenas, aviones etc.  Cualquier cosa menos extraterrestres, independientemente a la gran cantidad de testimonios OVNI que aparecen en las cadenas de televisión o Internet  (cuya veracidad no discuto ahora).  Luego, dejemos a un lado el aspecto siempre romántico de ver el cielo de noche y estudiemos un poco más a fondo esas luces.


Por lo general, la cantidad de luces que llevan los aviones varían.  Yo los he visto de dos a cuatro luces, fijas o titilantes de varios colores (con predominancia blanco y rojo).  Esto bien puede confundirse con cualquier cosa, dada la emoción de un posible avistamiento OVNI.  Sobre todo si se observan a distancia, en la noche oscura o en movimiento.  Inclusive, a veces podemos llegar a confundirlos con estrellas fugaces, satélites o algo por el estilo.  Recuerde que al momento de la observación a veces prevalece nuestro deseo de “ver cosas” no explicables, y de allí nace el bloqueo racional que nos impide aceptar la realidad. Un avión volando, la mayoría de las veces manifiesta una trayectoria en un solo sentido, en línea recta (ascendente, descendente  o nivelada).  Si usted llegara a observar una luz (o un juego de luces) en trayectoria recta que sube o baja bruscamente, en lapsos irregulares, llame rápidamente al centro de emergencias más cercano.  Puede que no se trate de un OVNI, sino de un avión con desperfectos mecánicos en labor de estrellarse.


Por lo general, las luces de colores que aparecen y desaparecen en el cielo, son aviones pasando a través o tapados  en perspectiva por nubes lejanas, árboles o cerros. Si realizamos la observación con paciencia, objetividad y desde un punto fijo (no en movimiento) veremos que las luces misteriosas se vuelven  fijas, describiendo una trayectoria lineal en ascenso, descenso o a nivel.



Igualmente, las luces cercanas que aparecen y desaparecen súbitamente, pueden ser aviones o avionetas cuya visión es parcialmente obstaculizada por árboles distantes, interpuestos en la línea visual del objeto al ojo del observador.  Árboles que a cielo profundo no se ven, pero que dadas las irregularidades del terreno y peor aún, si el observador está en movimiento, esconden por lapsos no regulares al objeto de la vista del observador.

Luces brillantes que súbitamente brillan más.  Se podría pensar que son mensajes lumínicos extraterrestres, para propiciar un posible contacto.  Inclusive, a veces dan toda la impresión de que el objeto se incendiara de tanto brillo.  Esto no es más que un simple efecto óptico.  La posición del avión con relación a la del observador, hace que todas sus luces converjan simultáneamente en nuestra línea visual, ocasionando una sola luz mucho más brillante y potente, como si el objeto ardiera en el cielo.  Si tiene un poco más de paciencia, observará que el brillo disminuye, las luces se separan y finalmente se revela un avión en vuelo.

Luces brillantes sostenidas en el cielo durante mucho tiempo, que luego entran en movimiento súbitamente.  Esto  ocurre porque observamos al objeto en línea recta, y avanzamos simultáneos a él durante cierto tiempo.  Por eso da la impresión de no estarse moviendo en el aire, porque se mueve igual que nosotros y prácticamente en línea perpendicular al observador.  Bastará un cambio de dirección y velocidad, para que el supuesto “OVNI” suspendido en el aire, empiece a moverse en línea recta.

A veces vemos una estrella que se mueve dibujando círculos, muy pequeños, casi imperceptibles en el cielo.  Se puede llegar a creer, que se trata de alguna especie de OVNI juguetón.  ¡Pues, no!.  Quédese quieto un rato contra una pared o cualquier objeto fijo que le aguante el peso (no vaya a caerse en media observación).  Cálmese y trate de respirar lo más lento posible.  Notará que la luz dejará de moverse.  Es decir, no se trata de un OVNI coqueteándole, no se engañe.  Este efecto ocurre por  fijar durante bastante tiempo su mirada en una estrella  y respirar algo agitado simultáneamente.  Se  le mueve un poco el campo visual, de forma periódica (es su ritmo respiratorio).

Luces brillantes que giran súbitamente, alejándose o aproximándosele con bastante rapidez.  Quizás usted no se ha dado cuenta que cada vez que esto ocurre, no ha definido un buen punto de referencia para su observación, y muy posiblemente usted se encuentre en movimiento.  En honor a la verdad, el objeto no se mueve de esa forma.  Lo más seguro es que el auto en que viaja, haya tomado varias curvas o giros sin que usted lo perciba, por estar pendiente del supuesto OVNI en el cielo.  No es la luz que ha cambiado de dirección súbitamente, fue su auto  que tomó alguna curva, pronunciada quizás.  Estaciónese y repita la observación estableciendo un punto de referencia fijo, notará que sólo se trata de un avión, avioneta, helicóptero o algo por el estilo.


Finalmente, los relámpagos silenciosos en la noche, o el día, según se prefiera.   Esas nubes enormes y densas que transitan el cielo, tampoco son el camuflaje de una nave espacial.  Los relámpagos no son destellos lumínicos de sus motores.  Tampoco se trata de un teatro mudo para que los veas, o, te lleven de paseo a otra galaxia etc. No, eso no funciona así. El planeta anda con una especie de gripe, unas veces  está caliente y otras congestionado.  La congestión la vemos en las nubes, la fiebre en el calor, el sudor es la humedad.  En fin, todo eso se llama: Cambio climático adverso, y es un fenómeno mundial.  En otros lugares se han visto extrañas auroras boreales, inundaciones etc.  No son los extraterrestres, es sólo el planeta, que no le ha gustado nuestro estilo de vida, y ha empezado a quejarse.  Bajo condiciones de tormenta eléctrica, es recomendable no buscar avistamientos, por lo menos no estando descalzo.

Todas estas luces moviéndose de forma “extraña” o  “increíble” en el cielo, se descartan fácilmente del panorama OVNI quedándose quietos y estableciendo un punto de referencia fijo para la observación.  Lo más seguro es que efectivamente se trate de una nave voladora,  pero una nave voladora HUMANA.  O, de una estrella mal vista, recordemos inclusive que las estrellas pueden brillar diferentes, o variar su color dependiendo de la distancia y posición  a la que se encuentran de nosotros.  Sobre todo, siempre es recomendable no olvidar que dada la posición desventajosa del hombre para con sus hermanos mayores, sólo ellos (los extraterrestres)  establecen la mayoría de los contactos.   Es decir, uno no los logra por más que los desee, invoque o imagine. Los verdaderos avistamientos OVNI son totalmente casuales, a no ser que se haya establecido algún contacto previo por parte de los extraterrestres. Ahora bien, hay quienes “los llaman”… de eso he hablado antes.  Definitivamente, el cielo ha de seguir siendo observado por el hombre hasta el final de sus días.  Sin embargo, por mucho amor que le tengamos al oficio, jamás debemos olvidar que la base de toda buena observación   es: No engañar a los demás, ni mucho menos engañarse a uno mismo.  

sábado, 24 de septiembre de 2011

¿Cuánto viven los extraterrestres?

Una de las tantas y supuestas ventajas de los extraterrestres sobre el humano, es el tiempo que viven.  Cito a los famosos reptilianos.  Mientras el humano común llega muy difícilmente a los cien años, estos supuestos extraterrestres pueden vivir varios cientos de años.  Es decir, no sólo nos aventajan en estatura, dado que alcanzan varios metros de altura, en poderes mentales (son telépatas), en tecnología, sino que, como si fuera poco, viven mucho más tiempo que nosotros.  ¿Suena a ficción, liga de la justicia, superhéroes y supervillanos?.  Pero en fin, analicemos, como siempre, lo creíble dentro de lo increíble. 

Para establecer un símil cualquiera entre humano y extraterrestre,  he de contemplar el tiempo de vida de un hombre con el delfín (el animal más inteligente después del humano).  Ahora bien, dada la enorme diferencia evolutiva que plantean los contactados entre humanos y extraterrestres, es muy probable que intelectualmente hablando, nosotros estemos más separados de nuestros hermanos mayores, de lo que están los delfines de nosotros.  Así que, mejor utilizaré como patrón de referencia al humano versus su mejor amigo: El can.  Si usted considera que esto es muy exagerado, por favor interrumpa su lectura (o audición) en este punto.


Asumiendo un máximo de vida humana en 110 años y canina en 16 años, pudiéramos decir que el humano vive 6.88 veces más que el perro.  Ahora bien, supongamos que nuestros hermanos mayores están a un nivel por encima del nuestro.  Aplicando dicha relación a los extraterrestres, pudiéramos decir muy a groso modo que  viven un máximo aproximado de 757 años.  Con un margen oscilatorio de veinte por ciento de error (un margen de error bastante alto, debido a la naturaleza tan abierta del cálculo), pudiéramos establecer que nuestros hermanos mayores viven en un rango aproximado  de seiscientos seis años a novecientos ocho años. ¿Suena exagerado, no?.   

Ahora bien, según el viejo testamento pregunto: ¿Cuántos años vivieron nuestros primeros padres bíblicos?.  Adán murió a los novecientos treinta años, y Matusalén vivió novecientos sesenta y nueve años.  Recordemos que existe una creencia OVNI, según la cual Adán y Eva fueron intervenidos por supuestos “padres” extraterrestres.  Posterior a lo del pecado original de Eva y la serpiente, cuando fueron expulsados del Edén, los “hijos de dios” (primeros humanos intervenidos por extraterrestres) se mezclaron con los “hijos del hombre” (los humanos no intervenidos por los extraterrestres, el resto de la especie). En pocas palabras, los primeros humanos bíblicos, descendientes directos o indirectos de extraterrestres,  vivieron aproximadamente novecientos años. ¿Suena exagerado, no?.

De hecho, el humano no es la especie en el planeta que vive más tiempo.  Curiosamente, el animal que más esperanza de vida tiene sobre la tierra es un REPTIL, más específicamente: La tortuga (casi doscientos años).   ¿Suena exagerado, no?.  Pero, la longevidad no puede ser equiparada al nivel evolutivo de una especie, sino más bien a su condición de vida.  Ahora bien,  he de suponer que una especie “demorada en morir”, tarde o temprano supera las posibilidades del lugar donde habita, ya fuera porque lo daña, ya fuera porque agota sus recursos.  En consecuencia, surge la necesidad de migrar o cambiar de habitad.  Curiosamente, hay quienes dicen que los extraterrestres que nos visitan (nuevamente he de mencionar a los reptilianos), agotaron sus recursos planetarios y tuvieron que migrar.  ¿Suena exagerado, no?.

Son demasiadas “casualidades” las que parecen sustentar la longevidad de nuestros hermanos mayores (llámese Reptilianos, Andromedanos, Pleyadianos etc.).  En cualquier caso, cabe la posibilidad de que los antiguos, dada esta condición, los hubieran confundido con inmortales, con dioses.  Aún en nuestros tiempos, con todo el avance tecnológico-médico a disposición, aceptar que un humano viva casi un milenio es por no decir imposible, milagroso.  Se le consideraría inmortal, o, de igual forma a los antiguos, pensaríamos que se trata de un dios.  Aún así, para el humano común, la probabilidad de vida no sólo sigue siendo baja, sino frecuentemente afectada (con enfermedades o mala alimentación) o mermada (con accidentes y homicidios).  Por el momento, esto es lo que más nos reclama.