lunes, 12 de septiembre de 2011

Contacto no físico con extraterrestres, ¿Verdad o Mentira?

Algunas de las formas más clásicas de contacto extraterrestre NO SON FÍSICAS.  Si para los extraterrestres es importante evitar apariciones masivas que generen demasiado ruido, es lógico que hayan requerido otra forma de comunicación para con el hombre.  Este tipo de contacto se puede realizar sin necesidad de agujeros de gusano, naves espaciales, teletransportación y el terror colectivo que implicaría una aparición de dicha índole.  Es mucho más natural un contacto de precisión quirúrgica, cuando se hace a través de la mente humana.  Sin embargo, este tipo de eventos genera demasiada suspicacia alrededor.  Dada la naturaleza abstracta del contacto, y peor aún, el hecho de utilizar la mente del contactado como  única área de contacto, crea demasiadas dudas.  De hecho, aún habiendo ocurrido realmente el contacto, el mensaje pudiera contrariarse bajo el influjo mental del contactado.  Dada la naturaleza del individuo, el filtro racional a veces agrega o quita cosas fundamentales, personalizando el mensaje y restándole validez.  De allí que los extraterrestres escojan personas “simples” de pensamiento, o  en su forma de ser.  Requieren tallarles en la mente, un esquema que será transmitido con la menor cantidad de interferencias interpretativas  posible (generadas en la mente del contactado).  Este modo de operación, para ellos es más efectivo, pero para nosotros es menos confiable.  Casi siempre, se dice que los extraterrestres “buenos” utilizan esta metodología de contacto.  Mientras que los malos utilizan gente dentro de los círculos de poder mundial, para continuar sometiendo a las naciones de la tierra.

Utilizar a gente  sencilla, como: Campesinos, obreros, profesionales comunes y corrientes, crea la clásica duda en el gran resto de las personas "comunes" que no hemos sido contactadas: ¿Por qué ellos sí, y yo no?.  Duda que no plantearían ante una figura de poder, dado que su sola investidura nos absolvería de cualquier cuestionamiento al respecto.  A la humanidad le resulta más creíble y fácil de plegarse (como solemos hacer ante cualquier manifestación de poder) al supuesto mensaje extraterrestre que comunique el presidente de una gran potencia (aunque sin pruebas), que creerle a un simple ciudadano común con todas las pruebas del mundo a su haber.  Es decir, el común de las personas (que dicho sea de paso, somos más) no creemos en las capacidades del común de las personas.  Preferimos plegarnos a lo que dicen unas cuantas pocas figuras de poder.  Tal vez ése sea el esquema de esclavitud mental que debemos romper en nosotros mismos, antes de intentar interpretar cualquier mensaje extraterrestre.  Todo lo cual me recuerda a un gran hombre que vivió hace más de dos mil años entre nosotros: Jesucristo, Dios encarnado.  Cuando vino a predicar su mensaje, precisamente de liberación (curiosamente, también entre personas comunes) para toda la humanidad, incluyendo a ricos y poderosos, pero sin someterse a ellos.  Y todavía después de dos mil años, seguimos sin entender lo que nos vino a decir, porque vivimos supeditando y maleando SU mensaje a nuestros intereses personales.  Dejo constancia de que con esto, no deseo mezclar la religión con los extraterrestres.

La mente humana es un gran caldo de cultivo, un aparato de enormes potencialidades,  generalmente subutilizado por lo mecánico de la vida diaria.  De hecho, se ha establecido que de toda la potencialidad cerebral, el humano sólo utiliza una parte muy pequeña (el diez por ciento).  No así aquellos contactados.  A ellos se les ha desarrollado (o les han desarrollado) ciertas facultades, que les permiten vincular a los extraterrestres por medio de una especie de puente mental.  Tanto así, que dichos contactados se convierten en una especie de terminales tontas (computadoras sin unidad central de proceso)  de los extraterrestres.  Cuestión muy similar a la que hacen los espíritus para con los supuestos médium o brujos, durante una sesión espiritista, o con los chamanes durante una ceremonia ritual.  O peor aún, lo que hacen los demonios para con sus posesos.  Dicho sea de paso, ya fuera para bien, o para mal, eso de ser “poseído”, aunque fuera un breve tiempo, me parece malo. ¿Por qué? Porque es una violación al libre albedrío del contactado.  A no ser que el contactado dé su consentimiento, autorizando al espíritu, la entidad o al extraterrestre a tomar control remoto de su cuerpo.  Cosa que  hasta donde sé, no ocurre con los posesos, dada la naturaleza maligna e impositiva del contacto.  Aún así, esto no implica que todo aquel que pida consentimiento para tomar un cuerpo, lo haga en buena lid.  A modo ilustrativo recomiendo las siguientes películas: El cuarto contacto, Presagio, K-Pax, el rito y el exorcista.

En el caso del contacto extraterrestre, la posesión puede darse como en los radios transmisores, en un sentido o en ambos sentidos.  En un sentido, el individuo contactado sólo recibe la información y la transmite, ya fuera verbalmente, por gestos o por psicografía (escribiendo, dibujando o tallando lo que envía el extraterrestre a la mente).  El contactado no tiene control de su cuerpo, y tampoco interactúa con el extraterrestre durante la transmisión del mensaje.  La persona se convierte en una especie de impresora en línea, bocina conectada, o robot del extraterrestre.  De esta forma ha habido muchos contactados.  Pero he de mencionar, que no tengo referencia de que la comunicación pueda darse en sentido contrario, es decir, que un humano monitoree remotamente a un extraterrestre.  Este “control mental remoto” es muy similar al que supuestamente practican los reptilianos con los grises.  Aunque hay algunos que afirman que los grises son meras máquinas bioeléctricas, no seres vivos.  Del contacto en dos sentidos existen también muchos testimonios que, dicho sea de paso, son más publicitados, nutridos y creíbles que los de un solo sentido (dada su naturaleza interactiva, no impositiva).  En este tipo de contacto, el emisor y el receptor interactúan en el mismo plano de comunicación durante la transmisión del mensaje.  Ambos conscientes y en total control de sus facultades mentales, físicas y emocionales.  Ahora bien, recordemos que todo esto (en un sentido o en dos) se da únicamente entre la cabeza del contactado y la mente del extraterrestre.

También existe, aunque no muy aceptado,  el contacto a través de los sueños.  Este tipo de contacto no sólo ha sido notificado de humanos a extraterrestres, sino también de humanos a humanos, u otras entidades  (espíritus, ángeles, demonios, dioses).  Tales eventos han sido documentados históricamente, inclusive en libros religiosos de diferentes culturas.  Sin embargo, desde que salió el psicoanálisis y Sigmund Freud tomó control del campo siquiátrico, estas formas de comunicación han sido desprestigiadas y totalmente reducidas al inconsciente o subconsciente de quien las manifiesta.  Sin embargo, los sueños premonitorios o proféticos  continúan manifestándosele a gran parte de la humanidad, con o sin el aval de la psiquiatría.  Ahora bien, ya hablando a término personal, he de referir que a través de los sueños,  yo he contactado extraterrestres, viajado al centro de la tierra, a otros planetas, me han tirado de naves espaciales (en más de una ocasión,  en eventos que bien pudieran interpretarse como abducciones astrales).  Con igual intensidad he recibido revelaciones a través de los sueños, y me he comunicado abiertamente con difuntos e inclusive  hasta con demonios u otras entidades.  Recordando muy especialmente aquella vez, en la que uno de ellos me tocó el pecho, y desperté con un profundo dolor en el corazón.  También he previsto eventos, soñándolos bajo cierta especie de simbología onírica.  En una ocasión se me reveló algo que a la fecha no puedo explicar, pero que me ubicó en tiempo y espacio vivido, y por vivir.  Aclarándoseme un vínculo muy cercano con Anubis, el dios egipcio, señor de la necrópolis.  Claro está, que para Freud y su obsesión sexual, las experiencias oníricas saben a humo.  No así  para José, el esposo de la Virgen María, Juana de Arco y demás personajes religiosos o históricos, que marcaron momentos álgidos de la historia humana, siguiendo revelaciones soñadas. 

Yo quisiera poder certificar experiencias de contacto ajenas, sin embargo sólo puedo especular al respecto. Tan sólo puedo dar fe de mis propias experiencias de contacto.  Por ejemplo, cuando me siento a escribir estos artículos y otros de diferente índole, los realizo con tanta facilidad que pareciera me los dictaran al oído.  Las ideas vienen a mi cabeza como si fuera grifo abierto, y se estructuran tan perfectamente dentro de mi cerebro, que no puedo parar de escribir.  ¿Acaso sería alguna especie de psicografía, o  sólo inspiración?, ¿Cómo saberlo?.  Pero me pasa con tanta intensidad, que ni siquiera puedo transcribirlo  directamente a la computadora.  Es algo demasiado privado entre mis pensamientos, la mano y el bolígrafo.  Como si los escribiera con todo mi cuerpo, con todo mi ser.  Como si alguien más los escribiera a través mío, no sé cómo explicarlo de otra forma.  Digo, habrá quienes consigan el éxtasis fumándose algo extraño, otros metiéndose una sustancia en la vena, pudriéndose el hígado en alcohol, o friéndose el cerebro con  drogas.  Algunos verán a Dios, los extraterrestres, los ángeles y demonios durante una eyaculación.  Otros sencillamente obteniendo más dinero y poder.  Yo sólo lo hago mientras escribo.   Y más aún en aquellos temas en los que la ciencia sale huyendo, más aún en aquellos terrenos donde los demás nos consideran locos, por el simple hecho de aceptar el reto del pensamiento inseguro, aquel que va en contrasentido, al borde de la demencia, en franca oposición a la apatía y al onanismo mental.

También existe un tipo híbrido de contacto, algo más sublime que los expuestos anteriormente, pero, proporcionalmente más peligroso tal vez.  Dicho sea de paso, en cierta forma también he experimentado este tipo de “comunicación”, pero no para con extraterrestres, aunque sí de igual naturaleza.  La primera vez que me ocurrió fue tan “perfecta” que la creí espiritual.  De hecho, este tipo de comunicación es la que refieren algunos contactados de extraterrestres, como casi divina y es la culpable del culto a la personalidad y demás potencialidades de sumisión del humano para con los extraterrestres.  Recuerdo que estaba yo realizando una meditación nada profunda, ni nada especial, sólo para relajarme de las tensiones diarias, cuando me sentí súbitamente sacudido por una tremenda sensación de paz, amor y extrema felicidad.  Pasada esa meditación, me sentí universalmente infinito, capaz de amar a las personas, los animales y a toda la creación.  Esa sensación me duró apenas unos días, y desde entonces no he vuelto a experimentar lo mismo.  Fue algo definitivamente sublime, tanto así que la creí espiritual.  Sin embargo, no observé a ningún extraterrestre por ningún lado, ni presencié a un ser "superior" al que pudiera achacarle dicha sensación.  Ya lejos de haber experimentado su brevísimo efecto, me atrevería a decir que más que alguna forma de experiencia espiritual, o siquiera comunicativa, diría que fue algún tipo de conexión para con la creación en sí.  Se podría decir que, de una forma casi accidental, experimenté el amor del Creador a través de su creación.  Fue algo sin “rostro” que provino de todos lados, y de ninguno en especial, era yo en medio de todo, amando la vida y sintiéndome amado por ella.  Este tipo de sensación es la que manifiestan algunos contactados, pero no hacia la creación o hacia Dios, sino hacia los extraterrestres.  De allí nace la adoración y el culto a la personalidad.  ¿Cuál sería el riesgo de experimentar algo así, en función de los extraterrestres?...diría yo que la propia debilidad humana, ese sentimiento de sumisión,  que de hecho manifestamos entre nosotros mismos, ahora peor para con nuestros supuestos "hermanos mayores".  Y reitero lo que siempre digo en mis artículos, nada que anule o ceda el libre albedrío individual, puede ser  abiertamente considerado bueno.  Para efectos del contacto en sí, este tipo de pensamiento nos impide poder discriminar la validez del mensaje, la del contactado, de la entidad que contacta o del canal empleado en el contacto.

Evaluar el contacto no físico, es casi igual de  difícil que concebir la tecnología empleada en un contacto físico (agujeros de gusano, teletransportación, túneles de abducción etc.).  Es mucho más fácil tener la nave enfrente y ver a los muchachos descender de ella, que tratar de “entenderlos a distancia”.  De una u otra forma, eso es lo que todos esperamos, más por comodidad que por credibilidad.    De cualquier forma yo considero que al final de cuentas, todo debe quedar a discreción del propio individuo (Creer o no creer en el contacto).  No podemos imponer formas de pensamiento, sentimiento, ni mucho menos acciones en función al culto de la personalidad terrestre o extraterrestre, ni nada similar.  Así bien, todo sea dicho, sentido, pensado y hecho en función del  libre albedrío individual y colectivo, por los siglos de los siglos... AMÉN.

No hay comentarios:

Publicar un comentario