domingo, 3 de julio de 2011

Holograma humano

El hombre ha estado familiarizado a la idea del holograma no tan recientemente como se cree.  La relación hombre-holograma data de toda su existencia.  Extrapolando el concepto científico de holograma como tal, topamos de manera irremediable con el concepto de realidad virtual.  Algo así es lo que algunos contactados de extraterrestres entienden por holograma: “Una especie de realidad virtual demasiado real, pero que no existe” por no decir eventualmente desagradable (sangrante, hedionda, frustrante o dolorosa) Porque aunque parezca estúpido, lo que le da perspectiva real a nuestra vida son precisamente aquellos momentos difíciles que sin convertirnos la existencia en una pesadilla insufrible, le dan verosimilitud impidiendo que se convierta en una fantasía demasiado empalagosa.

Desde mucho antes que los contactados hablaran de la realidad holográmica con tiempo límite en 2012, el ser humano ha vivido una realidad inmersa en otra.  Como si fuéramos una máquina bioeléctrica, cuya fuente de poder es el músculo cardíaco, cuyo procesador es el cerebro y cuyos periféricos son los cinco sentidos.  A su vez interactuando en una “red” de entidades bioeléctricas similares dentro de un espacio físico que llamamos “mundo”.

¿Es muy moderno el asunto de vivir una realidad inexistente?  Desde hace siglos algunas personas han planteado la posibilidad de vivir sumidos en una vida holográmica.  Cito al clásico escritor Calderón de la Barca y su obra “La vida es sueño”.  De hecho hasta pudiéramos considerar al humano, una especie de computadora que inverna ocho horas diarias.  Durante un tercio de nuestra vida convivimos con aquella realidad negada que mal llamamos sueño, y que muy pocas veces recordamos plenamente.  De setenta años promedio de vida, dormimos veintitrés.  Los pacientes de esquizofrenia, paranoia, personalidad múltiple, ateroesclerosis o senilidad inventan o recrean hologramas existenciales.

Y no sólo lo dijo Calderón de la Barca en aquel tiempo lejano, sino Bugs Bunny en “La Rabieta del Conejo” cuando yo era niño, Alicia en el país de las Maravillas cuando aún no nacía y más recientemente lo diría Hollywood (la gran industria del arte teatral moderno) en películas como: Piso 13, Dark City, Matrix, Truman Show, Todopoderoso I, Men in Black, Xmen, Tron e Inception (El origen, con Leonardo Di Caprio)

No conformes con vivir una realidad superpuesta mientras dormimos, cuando despertamos tenemos que crear otra realidad llena de fantasía y esperanza para poder soportar conscientemente la crudeza de la realidad cotidiana.  Luego, peor aún, los medios de comunicación nos implantan un tercer holograma compuesto de moda, noticias, televisión, política, sexo, cine, miedo, deportes y todo lo demás.
En consecuencia, la pregunta que cabe aquí no es si vivimos en un holograma, sino qué tan consciente estamos del holograma que vivimos a cada momento...  El personaje de la película Inception utilizaban una ficha comodín, un amuleto para estar consciente de cuándo realmente vivía un sueño propio o había sido implantado en otro. ¿Tendremos nosotros ese comodín?


Después de este prolongado análisis de hologramas, realidades anidadas o recursivas, “la real realidad” queda tan al fondo de nuestro ser consciente, que no sólo pierde uso sino eventualmente va perdiendo importancia también. A futuro, todo dependería de qué tan apegado estemos a ella…



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