Este artículo está basado en información leída de varios sitios Web, sobre el trágico evento suscitado en la localidad de Esteban Echeverría, Buenos Aires Argentina. Lo he escrito sin ánimo de lucro o relevancia, y siempre condolido para con todo el luto por dicho evento. Tristemente, la desgracia ha querido que el suceso trascienda a conocimiento público-mundial, incluyendo junto a sí toda la fanfarria que eso genera. Sin embargo, pese a las explicaciones y leyendas surgidas, nos quedan dudas, cuestionamientos que a continuación expongo con respeto y sin querer ofender a nadie. Gracias.
La diferencia de carga entre las nubes y la tierra, genera la descarga eléctrica que todos conocemos como “rayo”. Dicho fenómeno, suele estar compuesto por dos componentes básicos: Un estruendo que denominado trueno, y un destello lumínico que llamamos relámpago. La fuerza del rayo es brutal, destruye y quema poderosamente lo que se le interponga en el camino. Genera incendio, sólo si en el evento llegara a encontrar algún material combustible. Las casas se construyen con una punta de metal conductor, para bajar el rayo a tierra sin causar mayores daños. A juzgar por los testimonios de los testigos (una bola de color rojo, un silbido y seguido la explosión) lo que impactó en Esteban Echeverría no fue un rayo, ni cualquier otra forma de descarga eléctrica. Aunque los estragos fueron tan brutales, que si bien podrían ser confundidos, existe una evidencia que lo rechaza categóricamente. Cualquier descarga eléctrica de semejantes proporciones, hubiera causado un daño considerable sobre el alambrado del lugar. Sin embargo, sólo se han reportado afectaciones medias, que sugieren algún tipo de “impacto” más que una “descarga”.
Lo de Esteban Echeverría, tuvo todo el aspecto de una explosión controlada y en el aire. No hubo cráter, ni fuego, porque el objeto jamás tocó tierra. Tampoco fue algo incendiario, aunque sí muy caliente (tan caliente que chamuscó al contacto, en lugar de incendiar). Tal vez estemos hablando de altas concentraciones de energía, evidenciada en el gran espectro lumínico, y una subsiguiente explosión eléctrica-calórica (como quien cauteriza). La onda expansiva destruyó las casas, levantó los autos, pulverizó los hornos de pizza y destruyó parcialmente los tubos de gas, quemando todo a su paso (sin incendiar). Pero lo que haya sido, se destruyó en el aire (por eso hablo de explosión controlada) y generó semejante montaña de escombros, sin causar muchas víctimas (cosa que no caracteriza a las explosiones por gas, ni demás incendiarias, de semejante alcance).
Lo del satélite fue meramente coyuntural, y es posible que se haya utilizado de tapadera para algo que no nos han querido decir, aunque, de cualquier forma nos enteraremos. Sin sonar sensacionalista, ni amarillista, recordando que este es un sitio de libre opinión y meramente especulativo, a mí me parece que de buenas a primeras nos van a volver a sorprender con “otra caída de satélite ”, “un viaje seudoprogramado al espacio”, o algún fenómeno “natural” venido del cielo. La pregunta del millón es: ¿Será verdad, o no?. Recordemos que así como nos traen de un lado a otro con “el consumismo y el capitalismo salvaje”, nos llevan como veletas halados del miedo. Entre tanto “reality show” político-mundial, nos traen dormidos por una parte (con guerras, pestes y circo), mientras que por otra se niegan a explicar claramente lo que le está pasando al planeta. Apenas los mismos comentarios del calentamiento global, el efecto de invernadero y el agujero en la capa de ozono. Pareciera que nos estuvieran entreteniendo, mientras algo más ocurre, o estuviera por ocurrir. O tal vez sólo nos estén advirtiendo de algo, de lo que en el fondo no quieren advertirnos. Como si hubiera una mentira de mayor peso, cubriendo a una posibilidad fatalista de alto riesgo. Tampoco quiero parecer paranoide, pero, los cambios en la tierra están ocurriendo relativamente rápido, y no se circunscriben ni se limitan a una cuestión climatológica exclusivamente.
Lo del satélite fue meramente coyuntural, y es posible que se haya utilizado de tapadera para algo que no nos han querido decir, aunque, de cualquier forma nos enteraremos. Sin sonar sensacionalista, ni amarillista, recordando que este es un sitio de libre opinión y meramente especulativo, a mí me parece que de buenas a primeras nos van a volver a sorprender con “otra caída de satélite ”, “un viaje seudoprogramado al espacio”, o algún fenómeno “natural” venido del cielo. La pregunta del millón es: ¿Será verdad, o no?. Recordemos que así como nos traen de un lado a otro con “el consumismo y el capitalismo salvaje”, nos llevan como veletas halados del miedo. Entre tanto “reality show” político-mundial, nos traen dormidos por una parte (con guerras, pestes y circo), mientras que por otra se niegan a explicar claramente lo que le está pasando al planeta. Apenas los mismos comentarios del calentamiento global, el efecto de invernadero y el agujero en la capa de ozono. Pareciera que nos estuvieran entreteniendo, mientras algo más ocurre, o estuviera por ocurrir. O tal vez sólo nos estén advirtiendo de algo, de lo que en el fondo no quieren advertirnos. Como si hubiera una mentira de mayor peso, cubriendo a una posibilidad fatalista de alto riesgo. Tampoco quiero parecer paranoide, pero, los cambios en la tierra están ocurriendo relativamente rápido, y no se circunscriben ni se limitan a una cuestión climatológica exclusivamente.
Ahora bien, ¿Dónde quedaron los restos de ese “algo” que pudo haber impactado a la comunidad de Esteban Echeverría?. Digo, a juzgar por el alcance de la explosión, es muy poco probable que haya quedado algo. Y de haber quedado, siquiera polvo ¿Estaríamos en la capacidad de reconocerlo?. Y de haber podido reconocerlo, ¿Estarían los investigadores en la capacidad de publicarlo?. Tal vez sea mejor "aceptar" la fuga de gas, hasta que alguien se atreva a confrontarla (dentro de algún tiempo), asumiendo para sí el efecto de la desacreditación y difamación. Por el momento hemos de verlo como un evento aislado, dado que la cordura nos impide formalmente considerarlo continuidad de algo menor, o inicio de algo mayor. De cualquier forma, TODO apunta a que NO estamos preparados ni para el azar del destino, ni para alevosía de cualquier supuesto.
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