lunes, 16 de enero de 2012

¿Por qué no creer que los extraterrestres nos hayan visitado?

Después de haber analizado las posibles razones o evidencias por las cuales los extraterrestres han podido, o tal vez sigan visitándonos.  Paso a analizar aquellas por las cuales nos resulta mucho más fácil creer que no lo han hecho. 
1-Miedo.  El terrible miedo a lo nuevo, al riesgo o a la posibilidad de contacto.  Asumir la responsabilidad de abrir los ojos, así sea negando todo lo que conocemos por historia y religión humana, no es algo fácil de aceptar.  Peor aún si esto implica tener que reconocer que la vida exista en formas inteligentes distintas a la nuestras, de fuera e inteligencia superior a la nuestra.  Entablar alguna forma de relación, para con estos seres extraterrestres, tan diferentes o no, a nosotros mismos.  Peor aún sin han tenido que ver directa o indirectamente con nuestra evolución como seres vivos.  Da miedo, claro que sí.
 
2-La vida.  Definitivamente que aceptar la existencia activa de extraterrestres inteligentes en nuestro planeta, podría cambiar nuestra vida de formas impresionantes.  Sin embargo, el ser humano vive tan sumido en su día a día, que prefiere ignorarlas, mientras viva sumido en preocupaciones básicas de supervivencia tales como la comida, el dinero, el trabajo, la política, formas de entretenimiento evasivo.  Es mucho más fácil resolver la vida, y de hecho debe ser así, por uno mismo, más que evaluar la posibilidad de haber vivido engañados por nuestros códigos morales y conductuales más antiguos, o peor aún, recostarnos a la intencionalidad de que los extraterrestres vengan a salvarnos de nosotros mismos.

3-El ridículo.  Es difícil tener que aceptar responsablemente la posibilidad de hacer el ridículo, dando por hecho la existencia extraterrestre en nuestro planeta.  Sobre todo, en un mundo fanatizado por el método científico, que niega cualquier testimonio no sustentable con hechos o evidencia.  Peor aún, en un mundo cada vez más hedonista, egoísta y ensimismado, que dentro de su masificación colectiva, rechaza la libertad de pensamiento, o el derecho a pensar diferente, así sea aceptando la duda totalmente lógica de que hayamos sido o estemos siendo visitados, conducidos y o soportados por extraterrestres.


4-Dificultad de relaciones.  Si bien es cierto que eventualmente nos resulta difícil relacionarnos entre nosotros mismos, como humanos, por ejemplo, entre vecinos, compañeros de trabajo, amigos, hermanos e inclusive cónyuges, ¿Qué nos haría pensar que pudiéramos llevarnos bien con seres extraterrestres, físicamente diferentes o semejantes a nosotros?  Aun considerando que tal vez nuestro ego de “seres humanos” no nos permita soportar a cabalidad el hecho de aceptar ser el lado más bruto de una relación, teniendo que reconocer o efectuar cambios sumamente difíciles a nuestra forma de actuar o pensar tal vez radicalmente.  ¿Entonces podremos llevarnos bien con seres extraterrestres, mentalmente superiores a nosotros los humanos?

5-La comodidad de mantenernos ignorantes.  Alguna parte de la humanidad siempre ha vivido guarecida en una gran zona de confort basada en dos importantes hitos: No saber de más, evitar cualquier forma de cambio.  Estos dos aspectos, son caras diferentes de la misma moneda: El estancamiento.  Por un lado evitamos todo lo nuevo, lo que nos obliga a pensar más allá o adaptarnos.  Por el otro lado no queremos esforzar nuestro cerebro, forzándonos a adaptarnos intelectualmente a nuevas ideas.  Esto propicia que actuemos siempre en masa (haciendo lo que los demás hacen, pensando lo que los demás piensan) como si viviéramos en manadas, la manada del barrio donde vivimos, la manada del lugar donde trabajamos, la manada del país donde vivimos.  Dicha actitud nos da seguridad, hacer o pensar siempre lo mismo nos evita tener que adaptarnos, es decir, sufrir cualquier proceso de cambio físico o intelectual.  Aceptar la posibilidad extraterrestre es una idea tan revolucionaria como ancestral, que plantea una total reingeniería de pensamientos, acciones y creencias, lo cual reta todas las capacidades intelectuales humanas.  Lo cual no iría jamás con la manada del pensamiento seguro, del mismo pensamiento.  En consecuencia, es preferible no saber, mantenernos ignorantes.  Siempre nos ha resultado más fácil y cómodo, ocultarnos tras lo que no podemos entender, o negar todo aquello que no podemos probar dado que escapa a nuestras limitadas facultades intelectuales.

No hay comentarios:

Publicar un comentario