Procedo a tocar tres de los mitos a través de los cuales se ha intentado vincular a los humanos, con los supuestos reptilianos. Primero he de referirme al “ojo parietal” o “tercer ojo”. Un órgano fotoreceptor (especie de celda solar) presente en ciertas especies de reptiles y anfibios, que está asociado a la glándula pineal. Por ejemplo: La “Tuatara” (reptil australiano). Posee un ojo intracraneal entre los dos externos. Este ojo, aunque no le es funcional, tiene inclusive cristalino y retina. Entendidos en la materia lo han relacionado a funciones circadianas (de biorritmos) y funciones de orientación. El ojo parietal no se presenta en los mamíferos, sin embargo los metafísicos y estudiosos paranormales, siempre han insistido en desarrollarnos uno (esotérico) vinculado fisiológicamente a la glándula pineal (igual a como vinculan al ojo parietal de la Tuatara). De hecho, hay célebres seguidores del fenómeno OVNI que sugieren que la glándula Pineal, es “el verdadero cerebro reptiliano”. Hasta donde yo sé, no existe prueba en la fisiología humana, que nos asocie neurológicamente a un desarrollo reptil. Ahora bien, en caso tal pudiéramos desarrollar un tercer ojo metafísico, ¿Acaso sería una alegoría al tercer ojo reptil?...
Por otro lado, existe un grupo de entendidos que nos vinculan a los reptiles por "la cola", durante la fase embrionaria. Cerca de la cuarta semana de gestación, la columna vertebral del hombre es considerablemente larga en proporción al resto de su cuerpo. A este punto del desarrollo, el embrión da toda la apariencia de tener cola, pero no es así. Ahora bien, los reptiles no son los únicos animales con cola. De hecho tenemos parientes evolutivos cercanos (como ciertas clases de monos, curiosamente los que no tienen pulgar) que tienen cola . También las tienen otros mamíferos tales como: El perro, el gato, el caballo, la vaca etc. Y en cada una de estas especies, la cola tiene funciones diferentes o similares. De haber hereado alguna cola en nuestra evolución, lo más probable es que no sería de los reptiles. Los humanos tenemos evidencia anatómica, de haber tenido cola en algún momento de nuestra evolución. Me refiero al coxis y demás huesos alrededor. He de mencionar, que algunos humanos inclsusive nacen con colas, en su mayoría prolongaciones de carne, sangre y nervio. Y algunas, muy pocas, contienen cartílago.
Una vez establecida la muy baja probabilidad de que el humano provenga fisiológicamente del reptiliano, he de mencionar una característica no anatómica que sí nos relaciona a lo que se dice de ellos. Recordando, claro está, que así como nadie ha podido certificar las características orgánicas de los reptilianos, tampoco nadie ha podido certificar su ideología o modo conductual (No así con los grises, de quienes se presume bastante conocimiento, producto de sus accidentes espaciales y supuesta relación con los humanos). Si los hombres tuviéramos algún rasgo en común para con los reptilianos, esa sería nuestra forma de ser. Es decir, la actitud depredadora, la necesidad de control, la lucha por el poder, el orgullo y el carácter violento. Por no decir más, un detalle poco despreciable (aún no presentando vínculo orgánico alguno). Algo que no nos pasaron en los genes, quizás una especie de “gusto” adquirido, u otro factor social (patológico) que continuamos transmitiendo de generación en generación indiscriminada e inconscientemente. Sin embargo, el hecho de que no sea heredado, implica que bien podemos revertirlo sin afectaciones vitales. Entonces, sólo quedaría… querer hacerlo.
Por otro lado, existe un grupo de entendidos que nos vinculan a los reptiles por "la cola", durante la fase embrionaria. Cerca de la cuarta semana de gestación, la columna vertebral del hombre es considerablemente larga en proporción al resto de su cuerpo. A este punto del desarrollo, el embrión da toda la apariencia de tener cola, pero no es así. Ahora bien, los reptiles no son los únicos animales con cola. De hecho tenemos parientes evolutivos cercanos (como ciertas clases de monos, curiosamente los que no tienen pulgar) que tienen cola . También las tienen otros mamíferos tales como: El perro, el gato, el caballo, la vaca etc. Y en cada una de estas especies, la cola tiene funciones diferentes o similares. De haber hereado alguna cola en nuestra evolución, lo más probable es que no sería de los reptiles. Los humanos tenemos evidencia anatómica, de haber tenido cola en algún momento de nuestra evolución. Me refiero al coxis y demás huesos alrededor. He de mencionar, que algunos humanos inclsusive nacen con colas, en su mayoría prolongaciones de carne, sangre y nervio. Y algunas, muy pocas, contienen cartílago.
Una vez establecida la muy baja probabilidad de que el humano provenga fisiológicamente del reptiliano, he de mencionar una característica no anatómica que sí nos relaciona a lo que se dice de ellos. Recordando, claro está, que así como nadie ha podido certificar las características orgánicas de los reptilianos, tampoco nadie ha podido certificar su ideología o modo conductual (No así con los grises, de quienes se presume bastante conocimiento, producto de sus accidentes espaciales y supuesta relación con los humanos). Si los hombres tuviéramos algún rasgo en común para con los reptilianos, esa sería nuestra forma de ser. Es decir, la actitud depredadora, la necesidad de control, la lucha por el poder, el orgullo y el carácter violento. Por no decir más, un detalle poco despreciable (aún no presentando vínculo orgánico alguno). Algo que no nos pasaron en los genes, quizás una especie de “gusto” adquirido, u otro factor social (patológico) que continuamos transmitiendo de generación en generación indiscriminada e inconscientemente. Sin embargo, el hecho de que no sea heredado, implica que bien podemos revertirlo sin afectaciones vitales. Entonces, sólo quedaría… querer hacerlo.
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