jueves, 11 de agosto de 2011

Al reverso de una obsesión por los extraterrestres


¿Cuál es, o en qué radica la necesidad de contactar a un extraterrestre tan desesperadamente?.  Pues, esa pregunta he venido haciéndomela muchísimas veces desde que empecé en esto.  De forma severa, introspectiva y profunda, pero siempre honesta para conmigo mismo y los demás.  Yo no puedo dar fe de lo que otros han vivido, sólo de lo que yo digo, pienso, hablo, quiero, sueño o hago.  Sin embargo, especulo, pienso y existo sobre realidades ajenas  que se interrelacionan de una forma u otra con la propia.   ¿Por qué el afán de grabar un objeto volador no identificado, para correr a mostrárselo a alguien y poder decir:  "Yo grabé una nave espacial"?.   Eso me recuerda a aquellas personas que llaman a las emisoras de radio, para escuchar su voz y mandarle saludos a otros.  Por otro lado, será que muy en el fondo queremos “descubrir” a los extraterrestres, como bien descubrimos América, la Penicilina, etc.  ¿Será un asunto de ego?,  ¿Por qué la necesidad de convencer a otros de que los extraterrestres existen, o de que nos pasó algo con ellos (contacto, abducción o avistamiento)?. Definitivamente, hay demasiadas posibles respuestas a dicho por qué, y  van mucho más allá del ego agrandado por "haber descubierto a los extraterrestres" o por "haber sido elegido por ellos".   Claro, también tendríamos que considerar la experiencia en sí, es decir, estar en contacto con especies superiores (alguna forma de hermanos mayores) conocerlos, conocer su tecnología, su planeta, su pensamiento etc.  En cierta forma,  el contacto  o el avistamiento (no así la abducción) , constituyen básicamente un sueño al cual muy pocos pudieran resistirse.


Cuando uno empieza a “rastrear” OVNIS, tiene la leve tentación de volverse obsesivo, e inclusive, dado el grado de afectación, eventualmente se puede llegar a confundir la realidad con la fantasía.  Al punto de no querer reconocer un avión, asociándolo  a una nave espacial en franco coqueteo.  Este tipo de "delirio OVNI",  bien pudiera degradar en una sicopatía de amplia espuela.  Tal y como ocurre con aquellos religiosos, que de tanto “creer” terminan en el siquiátrico.  Con lo cual tampoco deseo negar la existencia de los OVNIS, ni mucho menos el hecho de que nos contacten de buena o mala forma.  Para ello, y sin querer hacer este relato autobiográfico, paso a exponer brevemente mi "ejemplo de carne propia".  Desde hace mucho tiempo me ha inquietado el asunto de los extraterrestres,  pero sin prestarle demasiada atención.   Más me preocupaban las cosas extrañas (de índole paranormal) que me ocurrían : Deja vou, regresiones, premoniciones, clarividencia, desprendimiento astral y otras cosas.  Yo jamás he tratado a un extraterrestre fuera de sueño, y tampoco sé cómo reaccionaría dado caso.  Pero de un tiempo para acá, he soñado que estoy dentro de naves espaciales, adentro de la tierra, en planetas lejanos con extraterrestres humanoides.  Todo esto puede ser producto de mi subconsciente, inconsciente, memoria, miedo, culpa o cualquier otro vericueto sicológico.  También he visto puntitos en el cielo nocturno, extrañas luces blancas, muy brillantes,  efectuando movimientos sugerentes.  Con toda la ciencia a mi haber, he cuestionado estos "avistamientos", que definitivamente no parecen aviones, ni estrellas fugases, ni helicópteros, ni satélites, ni luciérnagas.  Descartando de plano aquellos más "impresionantes" por ser efecto de las curvas de la carretera y la velocidad de mi auto.   Y lo peor es que estas luces parecieran interactuar con mi pensamiento, dándose a notar ( la mayoría de los casos, cuando NO estoy en movimiento).  Lo siento, aunque me tome el riesgo de parecer loco, en honor a la verdad tengo que describirlo tal cual.  Eventualmente he visto una luz  (similar a las otras) sobre mi cabeza, durante toda la rutina de ejercicios diarios  (un kilómetro aproximadamente).   Existe una explicación lógica para esto: Dada la formación esferoidal de la tierra, y mi posicionamiento con relación al cielo, si la estrella está lo suficientemente arriba y en el centro, es factible que la vea  sobre mi cabeza desde cualquier punto de la superficie donde me encuentre.   No quisiera yo  emular a los reyes magos, que fueron guiados por una estrella hacia el pesebre.  Ahora bien, bajo todos los acontecimientos antes relatados, tampoco puedo ceder a la fantasía  aceptando de plano un contacto extraterrestre de segundo tipo.  De igual forma, y por las mismas razones tampoco podría negar la posibilidad de que a otros tantos sí les haya ocurrido.
Yo considero que el mundo humano se ha vuelto tan indolente y terriblemente exclusivo, que ya casi no podemos vivirlo sin inventarnos cosas que nos ayuden a sobrellevar la carga diaria.  En consecuencia, preferimos que un extraterrestre nos lleve en su nave espacial lejos de este planeta.  O peor aún,  venerarlo.  Sería mucho más fácil, delegar la responsabilidad de nuestra vida a estos extraterrestres, en franca adoración.  De igual forma a como lo hacemos diariamente con la figura de los santos, la televisión, los vicios, o cualquier otra "cosa" que nos ayude a ignorar el espacio-tiempo-dolor que llamamos vida.  Una vida que hemos vuelto insufrible, dada nuestra inconsciencia como especie.  Luego, no habrá mesías que nos salve de nosotros mismos, con esta actitud, cada vez más indolente y circunspecta.  Por más "superiores" que sean estos extraterrestres, jamás podrán salvarnos, si nosotros sólo pensamos en destruirnos los unos a los otros con guerras, hambre, enfermedades y destrucción.  En consecuencia, de nada vale seguir esperando otro salvador (o salvadores) ¿Acaso para asesinarlo nuevamente, o para declararles la guerra?.  El ser humano jamás verá lo que no quiere ver, porque de hecho siempre le ha resultado mucho más fácil destruir lo que ve, que edificar sobre lo que no ve.  Este tipo de mundo que hemos creado, considera "la salvación" no para ser libres, sino  para seguir sufriendo (como  simple mecanismo de fuga, o evasión).  Hay quienes especulan que el hombre ha sido adulterado por extraterrestres, o influenciado por ellos para dañar a su hermano. Yo no pienso de tal forma, yo pienso que es un problema de mezquindad primero para con uno mismo (al negarnos la posibilidad de una vida mejor, teniendo miedo inclusive a soñarla) luego para con el resto de la especie.  Los extraterrestres no van a resolver los problemas existenciales de aquellos que han sido realmente contactados, ahora mucho menos los espirituales.  Porque para matar a alguien por mero orgullo, satisfacción o ira, ya no estamos hablando de un "detalle" completamente físico o mental.  En consecuencia, ¿Fuera del contacto qué nos quedaría? ..imagino (porque yo no he sido contactado) que seguir viviendo.  Eso es lo que queda al final del camino, un camino que nadie recorrerá por nosotros, aunque nos inventemos dioses, adoremos, o nos volvamos fanáticos de cualquier cosa.  El compromiso del humano es consigo mismo principalmente, y luego (como consecuencia natural de ello) con su especie.  Pero, si como especie no hemos hecho gran cosa por el hermano, qué nos hace pensar que los extraterrestres harán mayor cosa por nosotros...Más que evadirnos (o enloquecernos) fantaseando su venida, yo me preocuparía por arreglar nuestra existencia aquí y ahora.  Porque ellos, con toda su tecnología, jamás podrán hacerlo por nosotros mismos.

 

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